
16-02-2022
Hablando durante una reunión con el Comité de Finanzas y Desarrollo Económico de la Cámara de Representantes, el Wali de Bank Al-Maghrib (BAM), Abdellatif Jouahri, indicó el martes en Rabat que el nivel de inversión en el Reino es equivalente al nivel registrado en países que han logrado milagros económicos, señalando que a pesar de ello, el país no ha sido capaz de lograr el despegue económico.
Los datos oficiales entregados por el Wali de BAM indican que el esfuerzo inversor en términos de valor representó en promedio el 32,2% del PIB entre 2000 y 2019, contra el 25,6% como promedio mundial y el 29% de los países de renta media.
Jouahri también indicó que el nivel de inversión en Marruecos sigue siendo, en principio, suficiente desde un punto de vista cuantitativo para alcanzar el ansiado crecimiento económico y alcanzar el nivel de los países desarrollados. No obstante, el Wali del Banco Central subrayó por otro lado que Marruecos, a pesar del esfuerzo inversor, no podría sumarse al grupo de países emergentes y lograr el despegue económico deseado.
Según el análisis de Bank Al-Maghrib, este resultado se debe a la relativa debilidad de la rentabilidad de la inversión, que se mide por el coeficiente marginal del capital (ICOR) que representa el número de puntos de inversión necesarios para alcanzar un punto de crecimiento en el producto interno bruto, donde cuanto menor sea el coeficiente de margen, más rentable será la inversión.
Con un ICOR del 9,4% de media durante el periodo 2000-2019, los datos oficiales de BAM indican que la inversión en Marruecos sigue siendo relativamente baja en comparación con los países de renta media a los que pertenece, alcanzando el 5,7%.
Inversión y empleo bajo impacto
De hecho, Bank Al-Maghrib indicó que el impacto de la inversión en la creación de empleo sigue siendo bajo y señaló que entre 1999 y 2019, aunque el coeficiente marginal de capital se mantuvo casi estable, el contenido del crecimiento en el número de puestos de trabajo creados se ha reducido significativamente.
De las aclaraciones del Wali del Banco Central se desprende que cada punto de crecimiento generó menos de 21.000 puestos de trabajo entre 2010 y 2019, frente a más de 30.000 puestos de trabajo entre 2000 y 2009.
Como resultado, la economía nacional generó alrededor de 144.000 puestos de trabajo anuales entre 1999 y 2009, y unos 72.000 puestos de trabajo entre 2010 y 2019, un promedio de 108.000 puestos de trabajo durante el período de 1999 a 2019.
Jouahri afirmó que este ritmo no fue suficiente para reducir significativamente la tasa de desempleo. Ante la creación de 108.000 puestos de trabajo, el Wali apuntó que el número de población activa ha aumentado anualmente en unos 89.000 y, en consecuencia, el número de desempleados ha disminuido ligeramente, pasando de 1,5 millones a 1,1 millones en las últimas dos décadas.
Los principales obstáculos para el desarrollo empresarial.
En su presentación, Jouahri también señaló una serie de obstáculos que dificultan el desarrollo empresarial. En primer lugar, según el índice de percepción de la corrupción, establecido por «Transparencia Internacional», Marruecos registró un descenso por tercer año consecutivo hasta el puesto 87 entre 180 países en 2021, perdiendo así 14 puestos respecto a 2018.
En segundo lugar, en cuanto a la presión y pesadez fiscal, según datos del Banco Mundial, el nivel de los impuestos sobre la renta, los beneficios y las ganancias de capital es del 32,9% en Marruecos, una tasa superior a la de la mayoría de países de su categoría y mucho más superior a la de determinados países como Jordania (13,2%) o Turquía (18,5%).
En tercer lugar, Jouahri señala que la economía no observada (que incluye la producción clandestina, la producción ilegal, la producción informal y la producción doméstica por cuenta propia) representa en torno al 30% del PIB de Marruecos.
Finalmente, el Wali del Banco Central afirma que los largos plazos de pago constituyen un principal obstáculo para las empresas, en particular las Mypes, y lastran su flujo de caja. Además de estas características estructurales, la fragilidad del tejido productivo nacional se habría visto muy acentuada por la crisis de la pandemia.
Los resultados de las encuestas del Banco Mundial sobre el seguimiento de los impactos de la crisis en las empresas privadas de Marruecos revelan que entre diciembre de 2019 y junio de 2021, el 47% de las empresas redujeron el número de trabajadores fijos. Este porcentaje alcanza el 48% para las Pymes y el 38% para las grandes empresas.
Lo que propone Bank Al-Maghrib
Ante los múltiples retos a los que se enfrenta la inversión en Marruecos como la digitalización, el imperativo de ecologizar la economía y para alcanzar los objetivos de desarrollo, el Wali del Banco Central hizo varias recomendaciones.
BAM recomienda dar la prioridad necesaria al fortalecimiento del tejido productivo para que surjan campeones capaces de enfrentar la competencia internacional y ser motor de las Mypes; continuar luchando contra las disparidades y trabajar por un crecimiento más inclusivo y una distribución equitativa de los frutos del crecimiento para apoyar la movilidad social ascendente; acelerar la implementación de reformas destinadas a mejorar el clima de negocios y, en última instancia, mejorar la calidad de la gobernanza en todos los niveles, la lucha contra la corrupción, el establecimiento de los principios de mérito y rendición de cuentas.
BAM también recomienda la aceleración de los proyectos estructurales, incluyendo en particular la reforma del sistema educativo y de formación profesional, necesarios para producir los ejecutivos y la mano de obra que el país necesita, para mejorar la productividad y la competitividad de la economía.