27-01-2022
“Abrir las fronteras”. Profesionales de la industria del turismo en Marruecos se manifestaron ayer miércoles 26 de enero de 2022, para denunciar el cierre de fronteras, en vigor desde hace dos meses para frenar la expansión de la variante Omicron pero que lastra este sector vital de la economía.
Reunidos frente a la sede del Ministerio de Turismo en Rabat, en respuesta a la convocatoria de la Asociación Nacional de Agencias de Viajes (ANAV), cerca de 200 turoperadores pidieron la reapertura de las fronteras, cerradas desde el 29 de noviembre y al menos hasta el 31 de enero.
“El cierre nos está dando un golpe muy duro ya que ahora estamos parados mientras nuestras tarifas siguen siendo fijas”, lamentó Mimoun Azzouzi, dueño de una agencia de viajes en Témara, cerca de la capital.
“Excluidos” del plan de apoyo al turismo
“nos vimos obligados a cerrar por la pandemia y, a pesar de eso, mantuvimos los salarios de nuestros trabajadores”, explicó a la AFP.
—-> Lea también: Esto es lo que opina el Ministro de Exteriores marroquí sobre la apertura de las fronteras
Estos turoperadores dicen que están «excluidos» del plan de apoyo al turismo de 2.000 millones de dirhams (190 millones de euros) aprobado el 18 de enero por el Gobierno.
La ayuda prevé el pago de una prestación de 2.000 dirhams (190 EUR) mensuales durante el primer trimestre de 2022 para todos los empleados de este sector, que representó casi el 7% del PIB marroquí en 2019.
El Estado también ha decidido destinar mil millones de dírhams (95 millones de euros) en apoyo a los hoteleros para preparar la reanudación de la actividad (mantenimiento, renovación, formación, etc.).
Estas medidas no aparcan el enfado de los operadores que también se manifestaron el miércoles en Marrakech, así como en otras ciudades turísticas como Esauira, en la costa atlántica, Erfoud y Zagora (sur).
Interrogado este lunes en el parlamento, el jefe de la diplomacia Nasser Bourita consideró que era «importante reabrir las fronteras como es también importante seguir la evolución de la pandemia».
«La apertura de las fronteras es importante pero sigue estando vinculada a la garantía de las condiciones necesarias, capaces de preservar la salud de los visitantes y ciudadanos marroquíes», abogó Bourita.
El cierre del espacio aéreo suscita protestas de la gran diáspora marroquí, sobre todo porque las empresas de aviones privados operan a precios desorbitados -más de 10.000 euros por pasajero para un viaje de ida a Marruecos-, según informaciones de sitios y testimonios en redes sociales.
Si el pico de contagios con la variante Omicron del Covid-19 parece haberse alcanzado durante la semana del 17 al 23 de enero, según el Ministerio de Sanidad, las autoridades están preocupadas por un aumento de muertes y casos en cuidados intensivos.
El Gobierno debe decidir antes del 31 de enero sobre una posible reapertura de las fronteras. Se planean otras manifestaciones en caso de que continúe el cierre del espacio aéreo marroquí, estima la misma fuente.