
24-01-2022
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, espera que el Rey Felipe VI inicie conversaciones con su homólogo marroquí, con el fin de encontrar una rápida solución a la crisis diplomática entre ambos países, que se prolonga desde el pasado mes de abril de 2021, cuando Madrid acordó la entrada del líder del Polisario para someterse a un tratamiento después de contraer el coronavirus con una falsa identidad.
El diario español «Vozpópuli» reveló, en un reciente informe, que Sánchez quiere la intervención del Rey de España para encontrar una solución a la crisis entre ambos países, «ya que sigue con “preocupación” la posibilidad de quedar fuera de juego en la resolución a casi medio siglo de guerra en el Sáhara«.
El diario añade que después de que Alemania considerara la Propuesta de Autonomía marroquí como una “buena base” para resolver el conflicto del Sáhara, y de que Francia siguiera apoyando la propia tesis marroquí, España, quedó casi aislada del conflicto, debido a la continuación del Gobierno en defensa del referéndum de autodeterminación.
La misma fuente prosiguió, citando diversas fuentes, que en los últimos meses hubo conversaciones secretas entre el Ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, y su homólogo español, José Manuel Albares, y que tenían como principales objetivos acabar con el caos provocado por su antecesora, Arancha González Laya, tras aceptar el ingreso del líder del Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño.
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Fuentes oficiales españolas consideraron, según el rotativo, que el Rey Mohammed VI, «que apareció tras la afluencia de inmigrantes a Ceuta en mayo», como el gran perdedor, “está sabiendo mover sus fichas” en el tablero internacional, y añade que Sánchez, después de maniobrar para transformar la crisis bilateral, tras dicho incidente, en otra crisis entre Rabat y la Unión Europea, fracasó en su intento.
Vozpópuli agregó que la maniobra de Sánchez impulsó al Rey Felipe VI a no intervenir en ese período, pero el desarrollo del conflicto, en concreto lo que denominó «traición alemana«, obligó a Pedro Sánchez a mover ficha con el valor seguro que históricamente ha sido el diálogo entre las dos Casas Reales. Tras el discurso de Felipe VI, se produjo en ese contexto, el viaje del Ministro de Asuntos Exteriores español a Washington, para reunirse con Anthony Blinken, para tratar la crisis actual y la del conflicto del Sáhara.
Pero tras el «jarro de agua fría» de EE.UU., negándose a revocar su reconocimiento de la soberanía marroquí sobre El Sáhara, el periódico español añade que Rabat ahora ha elevado el listón y pide a España no solo palabras como las del Rey sino “mucha claridad” en el apoyo a su causa.