14-01-2022
La primera visita regional de Staffan de Mistura después de su nombramiento como Enviado especial de la ONU al Sáhara, se produce en medio de un contexto de importantes acontecimientos que han marcado la región desde la partida de Horst Köhler. En este lapso de tiempo (más de 2 años), la cuestión del Sáhara ha experimentado una evolución sustancial, confirmando la posición marroquí tanto en el plano diplomático y sobre el terreno.
Un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero afirmó ayer jueves 13 de enero, que la visita regional de De Mistura «se enmarca en la implementación de la Resolución del Consejo de Seguridad No. 2602, adoptada el 29 de octubre de 2021, en la que el Consejo renovó su llamamiento a todas las partes a continuar su participación en la serie de mesas redondas, con un espíritu de realismo y consenso, a fin de alcanzar una solución política, realista, práctica y duradera.
Las partes en este conflicto, identificados por el propio Consejo de Seguridad, que incluye Argelia, deben velar, cosa que no parece viable, por la restauración del diálogo, para apoyar el desarrollo, la seguridad y la estabilidad regional en el Magreb, y evitar la expansión de este conflicto a la región Sahelosahariana.
La comunidad internacional igual hace el tonto de vez en cuando, pero ciega no es. Hay un consenso sobre la responsabilidad de Argelia en la creación y continuación del conflicto, y es, por lo tanto, la misma responsabilidad que le corresponde para poner fin a esta disputa regional, ya que sabemos que el Polisario es una simple piedra en el zapato de Marruecos creada por Argelia.
Argelia, al rechazar la participación en el proceso de mesas redondas, complica la misión del Enviado de la ONU, porque intenta imponer nuevas condiciones, como imponer a la Unión Africana como parte principal en la gestión del conflicto, y cambiar la forma de las negociaciones de la ONU, limitando las negociaciones directas solamente entre Marruecos y el Polisario. Pero esta estrategia parece no convencer a nadie, y la principal misión de de Mistura en esta primera gira en la región, se basa principalmente en identificar y revelar las partes que obstruyen las decisiones del Consejo de Seguridad y se niegan a aplicarlo sus resoluciones.
En este sentido, Marruecos no puede añadir nada a De Mistura, porque el último discurso de Mohammed VI, afirmó claramente que Marruecos no negociará sobre el expediente del Sáhara marroquí, sino que negociará una solución en torno a este conflicto artificial, bajo la propuesta marroquí de autonomía, que goza de un gran apoyo internacional.
En cuanto a Argelia, que quiere desvincular del conflicto por activa y por pasiva, se ha convertido en un país que practica todas las formas de malicia política hacia Marruecos, incluyendo las dificultades que prevé adoptar a la luz del incumplimiento de las resoluciones de legitimidad internacional, y a la luz de su continua provisión de apoyo financiero y militar al Polisario para continuar llevando a cabo acciones militares hostiles que amenazan la paz y la seguridad en la región.
La posición agresiva de Argelia, hace que esta primera gira del Enviado de la ONU corra el riesgo de no producir los resultados reales y decisivos esperados, en ausencia de una fuerte voluntad política por parte de las grandes potencias para presionar a Argel, apoyada por Rusia, para que asuma su completa responsabilidad en este conflicto, y tratar de relajar la tensión entre Marruecos y Argelia.
Argelia, inevitablemente se esforzará por encontrar una justificación para negar su responsabilidad como principal parte que obstaculiza la reanudación de las negociaciones. De mistura, por su parte, deberá ser valiente en exponer a los responsables argelinos en su propia cara, todos los argumentos anteriormente mencionados, para convencerles a volver a las mesas redondas, ya que este bloqueo solo alimenta la amenaza de romper la estabilidad en la región.
por: Soufiane Ben Lazaar – Redactor Jefe