13-01-2022
«La Unión Europea está llamada a ser parte de la dinámica actual en el Sáhara, subrayó Patrick Saerens, abogado y profesor de derecho internacional en un artículo publicado en el diario «La Libre Belgique».
Tras recordar que el conflicto regional en torno al Sáhara perjudica el desarrollo del Magreb, con un coste económico considerable, Saerens señaló que la situación está cambiando, sin embargo, en particular tras el retorno de Marruecos a la Unión Africana (UA) y una diplomacia que quiere ser tranquilizadora en el tema.
El experto belga en derecho internacional destacó en este contexto la confirmación de la Administración Biden del carácter marroquí del Sáhara, que a su juicio constituye “un acontecimiento capital que modifica los datos geoestratégicos de la región”.
En poco tiempo, añadió, se han abierto nada menos que 21 consulados en el Sáhara, y señaló que la Unión Europea mantiene en este sentido “una posición de espera que no sirve ni a sus intereses ni a los de los habitantes de la zona”.
Tras recordar las vicisitudes jurídicas vinculadas a los acuerdos pesqueros y agrícolas entre Marruecos y la UE, el abogado belga señaló que la decisión de los jueces de Luxemburgo, que fue inmediatamente objeto de recurso ante el Tribunal de Justicia de la UE «muestra que no existe una línea muy fina entre los argumentos jurídicos y los políticos, que no es, sin embargo, el papel del poder judicial».
Sin embargo, ha explicado, «la decisión impugnada tiene impactos tanto diplomáticos, ya que Marruecos es, con diferencia, el socio más fiable de la región, como económicos porque, de tener que confirmarse la decisión, se podría condenar a las empresas europeas a pagar importantes sumas a los demandantes”.
Para él, «es urgente, por tanto, que la UE tome el caso de frente para evitar que unos pocos magistrados se vean obligados a dirimir esta disputa política a través de un foco que no es de su competencia».
Saerens también destacó la propuesta de autonomía presentada por Marruecos «que fue bien recibida por muchos expertos de todas las tendencias políticas».
La UE, recordó, reconoció en 2019 que este plan de autonomía «iba en la dirección correcta».
Saerens considera por último, que «la Presidencia francesa de la UE puede hacerse cargo del expediente, pero se puede esperar que Bélgica, tierra de consenso en la que late el corazón de Europa, pueda aportar su contribución al respecto».