
05-01-2022
El Reino de Marruecos planea construir un sector energético libre de carbono para 2050, mientras que el país del norte de África adopta una nueva visión energética baja en carbono (Low Carbon).
La nueva visión, compuesta por siete orientaciones, apunta sobre todo a acelerar el fuerte desarrollo de las energías renovables para descarbonizar la electricidad, con un objetivo indicativo del 80% para 2050 y aumentar la electrificación de usos en la industria, construcción y transporte, y evaluar el potencial de desarrollo del hidrógeno verde para descarbonizar la industria y el transporte de mercancías por carretera.
El plan de futuro diseñado y presentado a Naciones Unidas por el Ministerio de Transición Energética y Desarrollo Sostenible también tiene como objetivo generalizar la eficiencia energética así como la eficiencia en el uso de los recursos naturales en todos los sectores de actividad, al tiempo que se desarrollan estándares de calidad en construcción y equipamiento, estimular la economía circular, reducir y reciclar los residuos, así como desarrollar ecosistemas agrícolas y forestales sostenibles y resilientes e implementar planes de transporte y logística que promuevan la multimodalidad y las inversiones masivas en el desarrollo de nuevas infraestructuras de transporte.
La visión también quiere promover una nueva generación de ciudades inteligentes y con bajas emisiones de carbono, incluida la integración sistémica de tecnologías de transición digital en todos los sectores socioeconómicos.
El Reino de Marruecos, como parte de la visión esperada para 2050, reducirá su dependencia de las centrales térmicas convencionales y aumentará el uso de tecnologías de redes inteligentes.
“El hidrógeno verde producido por electrólisis a partir de electricidad renovable y sus derivados (amoníaco, metanol) también podría ayudar a descarbonizar sectores y usos energéticos que no pueden electrificarse directamente. Se encuentran principalmente en el transporte pesado (barcos, aviones, camiones de largo recorrido) y determinadas aplicaciones industriales (calor industrial a muy alta temperatura) ”, también subraya el plan.
Sin embargo, la ambiciosa visión tropieza con una serie de obstáculos que incluyen una fuerte inercia de los sistemas técnicos basados en equipos e infraestructura pesados, la urgencia de satisfacer las necesidades de los hogares y la economía nacional, así como una transición tecnológica completa.
Lo que está en juego, insiste también el plan, se puede afrontar a través de cuatro opciones, a saber, nuevas energías renovables (eólica y solar, energías variables), energías renovables convencionales (hidráulica y biomasa), energía nuclear y finalmente energías fósiles, asociadas a la captura y almacenamiento de carbono.