
08-12-2021
“El 83,3% de los jóvenes dice estar descontento con su vida, el 71,3% con sus condiciones de vivienda y el 81% con su trabajo. Por otro lado, el 90% confirmó en 2019 que tenía una percepción positiva del futuro a pesar de las dificultades que tienen para proyectarse», según los resultados presentados por el Observatorio Nacional de Desarrollo Humano (ONDH).
“La juventud marroquí, capital humano llamado a ser valorado en la dinámica económica y social de nuestro país”, dijo el secretario general de la ONDH, El Hassan El Mansouri, «La juventud marroquí, un capital humano llamado a ser valorizado en la dinámica económica y social de nuestro país», confía el secretario general de la ONDH, El Hassan El Mansouri, que resume con una frase su último informe sobre el desarrollo humano: «Ser jóvenes en Marruecos de nuestros días», en un Webinario organizado ayer martes 7 de diciembre con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) Marruecos. Añadió que «Marruecos está experimentando su primera oportunidad demográfica inesperada; los jóvenes de 15-29 años representaban el 25,3% de la población marroquí en 2019.
Se espera que esta situación genere importantes beneficios microeconómicos y macroeconómicos, siempre que nuestra economía proporcione los empleos que estos jóvenes necesitan”. En efecto, de acuerdo con los resultados presentados, este segmento de la población ciertamente representa un potencial real para movilizarse en la dinámica del desarrollo humano, pero su precariedad social ha aumentado, en particular desde el estallido de la crisis de salud. Si bien es cierto que Marruecos ha experimentado una importante dinámica de desarrollo humano desde principios de la década de 1990, esta ha experimentado una desaceleración, afectada por el abandono escolar y por los modestos niveles de ingresos e integración social de los jóvenes.
Esta desaceleración se sintió más durante el año 2020 bajo el efecto de la crisis de salud en el crecimiento económico, el nivel de empleo y los ingresos de los hogares dependientes”, subrayó Abdelfattah Hamadi, jefe de la división de sistemas de información de la ONDH, durante su intervención en el taller de restitución del informe, señalando que en 2019 el valor del índice de desarrollo humano (IDH) en las zonas urbanas se sitúa en 0,732 frente a 0,583 en las zonas rurales. “La encuesta nos dice, además, que las regiones más desarrolladas del Reino son las del Sur, Rabat-Salé-Kenitra, Casablanca-Settat y la Oriental. Por otro lado, los menos desarrollados son Beni Mellal-Jenifra y Marrakech-Safí. Además, la inseguridad social está más extendida en las regiones menos desarrolladas”, detalló.
Además, la ONDH también revela que la inseguridad social afecta a casi uno de cada tres trabajadores (32,3%). “Para mejorar el IDH, el Observatorio llama a fortalecer la efectividad de la focalización de las inversiones en desarrollo humano, con la ayuda de apoyos para el acceso a la salud, la educación y las fuentes de ingresos, dedicados a las poblaciones que viven en la pobreza absoluta y la exclusión social”, dije Abdelfattah Hamadi.
Jóvenes marroquíes descontentos pero confiados en el futuro
Las percepciones de los jóvenes indican una baja satisfacción con su vida pero, paradójicamente, un optimismo real sobre el futuro. De hecho, el 83,3% de los jóvenes dice estar descontento con su vida, el 71,3% con sus condiciones de vivienda y el 81% con su trabajo. Por otro lado, el 90% confirmó en 2019 que tenía una percepción positiva del futuro a pesar de las dificultades que tienen para proyectarse.
Para mejorar su situación económica, el 70% de los jóvenes se ven tentados a emigrar, aunque el 67% de ellos dice que no pueden ser felices sin su familia. “Siete de cada diez jóvenes creen que serían más felices si fueran a Europa, donde podrían tener mejores oportunidades. Marruecos es, por tanto, el país con mayor porcentaje de jóvenes que buscan emigrar. Este deseo de estar en otro lugar puede explicarse por los problemas socioeconómicos que enfrentan, en particular el desempleo», dice el informe, señalando que en Marruecos, esto afecta aproximadamente al 12% de la población, pero es mucho mayor entre los jóvenes (31%), los graduados universitarios (18,7%) y las mujeres en todos los grupos de edad (16, 5%).
Además, evocando el papel de la escuela en la transmisión de valores, los jóvenes marroquíes consideran que la escuela no siempre ha sido reivindicada como lugar de transmisión de valores (solo el 33,4%), mientras que el 93% considera que la religión es una dimensión importante de su identidad.
Hacia un reajuste o más bien «un rejuvenecimiento» de las políticas públicas
El tema de los jóvenes es transversal y multidimensional. Actuar por una mejor integración de los jóvenes exige, por tanto, una base de intervenciones que no deje abandonado a ningún joven y que lo apoye en su proceso de cualificación y en su trayectoria de vida. Estos principios deben desplegarse en las áreas de desarrollo de sus recursos y cubrir todas las áreas de acción que conciernen a los jóvenes, a saber, educación, orientación vocacional, salud, cultura y, en general, todos los demás servicios públicos”, recomienda el informe.
En este sentido, el director de Cooperación y Promoción de la Educación Escolar Privada del Ministerio de Educación Nacional, Aziz Nahya, durante su discurso propuso «el rejuvenecimiento de las políticas públicas». «Hablaré más de un rejuvenecimiento que de un reajuste de las políticas públicas», sugirió, precisando que se trata de un desliz revelador, en la medida en que hay una dinámica que se da en Marruecos a través de la implementación del Nuevo Modelo de Desarrollo, que por tanto nos lleva a pensar más en lo que podríamos hacer por los jóvenes tomándonos de la mano para brindarles un futuro mejor”.
Así, el PNUD y la ONDH proponen vías a seguir en el desarrollo de las políticas públicas, a saber, el fortalecimiento de la dotación de capacidades y habilidades de los jóvenes, el aseguramiento de su integración económica y la garantía de su ciudadanía activa, y la participación en la vida social, fortaleciendo al mismo tiempo la gestión de su salud.