
12-10-2021
por: Soufiane Ben Lazaar
Traducción: Khadija Taouil
Escritor, periodista, y de vez en cuando traductor, Aziz Sadri, nos abre sus puertas para acercarnos a su vida personal y nos invita a descubrir su primera novela titulada «Weld El-Karian» (El chico de las chabolas), publicada por Dar Al-Bashir para Cultura y Ciencias en Egipto.
Entre sus respuestas desvelamos que estamos ante un futuro gran escritor de temáticas de distopía. Aziz, gracias a sus viajes en la vida ha conseguido crear su propio estilo en la escritura, que descubriremos en su novela, que está representada a través de la perspectiva de un personaje de ficción que traza una serie de eventos reales y ficticios relacionados con la pobreza, la prostitución, el terrorismo y la corrupción electoral en Marruecos.
En esta entrevista con Marruecom, Aziz nos acerca sus principios en el mundo de la escritura, su libro, y nos cuenta los detalles de su trayectoria profesional.
P: ¿Quién es Aziz Sadri?
R: Aziz Sadri, nacido en Casablanca en 1985, obtuve la licenciatura en Filología inglesa en 2007 de la Universidad Hassan II Facultad de Letras y Humanidades, luego obtuve un máster en periodismo digital del Instituto Superior de prensa y Comunicación en 2018. Actualmente trabajo en el dominio de la prensa y la traducción.
P: ¿Cómo se introdujo Aziz Sadri en el mundo de la escritura y la literatura?
R: En realidad, los cuentos, revistas infantiles y libros de bolsillo, especialmente los egipcios, me han fascinado desde una temprana edad. Leía mucho las revistas de Mayid editada por los Emiratos Arabes Unidos, así como leía los cuentos del escritor egipcio Nabil Farúk y el literato Ahmed Jaled Taufik.
Gracias a la lectura, iba mejorando el don de escribir. Digo «un don» porque no se puede hacer un escritor de la nada, escribir es un arte tal y como lo es la pintura, la música entre otras creaciones artísticas.
En la etapa colegial, era siempre el primero en materia de la expresión escrita. Así que, los profesores me animaban, y cada vez que redactaba algún trabajo me pedían leerlo y exponerlo ante toda la clase. También sabía dibujar y manejaba la caligrafía árabe. Al llegar a la segundaria y luego a la universidad, escribí varios recuerdos o diarios y relatos cortos. He quemado algunos y he guardado otros.
Asimismo, participaba con artículos en varios periódicos y revistas árabes.
En aquel entonces, la escritura representaba una gran obsesión para mí. De hecho, sentí más apertura hacia la literatura universal, y comencé a leer cada vez más; pensando, al mismo tiempo, en la escritura. En efecto, me sentí más atraído por la novela, especialmente cuando mi memoria estaba repleta de sucesos que vivía en el barrio de chabolas más famoso de Casablanca (Duar Scuela).
En el mismo sentido, he acumulado varias experiencias durante mi residencia en Canadá y después en Estados Unidos de América. Ante todas estas presiones psíquicas consecutivas, he encontrado en la escritura una sanación y una salida o como dice Mario Vargas Llosa ¨»los escritores son los que expulsan a sus propios fantasmas».
P: Recientemente publicó su primera obra ¿háblanos un poco de su libro?
R: Efectivamente, he publicado últimamente una novela cuyo título es «Weld El-Karian» (El chico de las chabolas)». Esta novela representa el primer fruto de mis trabajos prometedores en el ámbito de la novela árabe moderna.
La novela «El chico de las chabolas» publicada por la editorial egipcia Dar Al-Bashir para Cultura y Ciencias, es una autobiografía ficticia que mezcla la realidad con la ficción, y donde los acontecimientos incluyen un montón de temáticas sociales chocantes. A través de esta narrativa, tanto el lector marroquí como el árabe descubrirá los mundos de las chabolas sobre todo el barrio «Duar Scuela» en Casablanca tal y como lo ha vivido el protagonista de la novela.
He intentado compaginar entre lo útil y lo divertido, de modo que he tratado algunos temas tabúes con un gran atrevimiento; denominando las cosas con sus propios nombres. Estos temas consisten, al lado del mundo despótico del chabolismo, en la emigración, la prostitución, el crimen, la socialización y la nobleza humana en medio de esta diáspora y estas contradicciones.

La novela donde no he mencionado – de adrede – el nombre del protagonista hasta el final, tras unas 184 páginas que esconden múltiples hechos y numerosas sorpresas que a lo mejor el lector marroquí y árabe descubra por primera vez.
La novela en su totalidad habla de dos etapas: la primera es la inconciencia que se refleja en la infancia y los sucesos impactantes y disturbadores que vivió el protagonista en el cinturón de la miseria. La segunda es la conciencia en la cual el protagonista decidió viajar hacia lo desconocido. Así, tenía dos opciones: viajar al infierno de Iraq o al frío de Canadá.
P: ¿De quién se inspira Aziza Sadri?
R: Es una buena pregunta. Sinceramente, y debido a mi traslado de un país a otro y de una estación a otra… encontré en la Literatura del mahyar (literatura inmigrante – «término usado en el mundo árabe, se entiende aquella obra producida por los autores que emigraron desde la zona Líbano, Siria y Palestina») al continente americano, a finales del siglo XIX y principios del XX, lo que realmente buscaba tanto; siendo influido por Yibrán Jalil Yibrán, Mijail Nuáima, Nassib Arida, Rachid Ayoub, Abdel-Massih Haddad, Nadra Haddad, Amin Mochrik, Elia Abu Madi…quizá porque compartimos el mismo destino a diferencia del tiempo y el espacio.
Sin embargo, lo que más influenció en mis escrituras es la realidad marroquí, todos los espacios en Marruecos y en las grandes ciudades son espacios inspiradores para los escritores, sobre todo en los barrios populares y marginales.
P: Le gustaría ver su obra traducida algún día al español?
R: Adoro mucho la lengua española y he intentado aprenderla durante mi estancia en Canadá. Me he percatado de su gran valor durante mi residencia en EE.UU.
Le reconozco que una de las prioridades que tengo hoy, es traducir mi primera novela al castellano, al francés y al inglés. En este contexto, he recibido una propuesta de uno de los profesores en América para traducirla.
P: ¿Qué diría a los marroquíes para animarse a leer más?
R: Se preguntó a Aristóteles: ¿Cómo juzgas a una persona?
Contestó: le pregunto cuántos libros lee y qué lee.
A través de la novela ¨El chico de las chabolas¨ he intentado, a propósito, concentrarme en el tema de la lectura y el amor del saber ya que es el salvavidas, y recomiendo a los jóvenes marroquíes leer y leer y si es posible leer en varias lenguas para que sean universales en su pensamiento. La lectura es la droga más barata.
P: Una última palabra.
R: La vida está llena de sorpresas, aventuras y desafíos y el inteligente es quien opta por el saber y la meditación en el universo.