02-09-2021
por: Soufiane Ben Lazaar
Marruecos será testigo la próxima semana de elecciones legislativas, regionales y municipales, con características políticas muy especiales que darán lugar a la planificación de los asuntos públicos durante los próximos cinco años, especialmente después de las numerosas críticas dirigidas a los miembros del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) – actualmente gobernando – por la gestión de los dos últimos mandatos gubernamentales.
Mientras se elabora un mapa de partidos políticos con distintas posibilidades de ganar, en un momento en que la participación en las elecciones se asciende a 32 partidos, una lucha feroz se desata entre 4 partidos principales, que compiten por el liderazgo del Gobierno marroquí.
Los partidos Concentración Nacional de los Independientes (RNI), Justicia y Desarrollo (PJD), Autenticidad y Modernidad (PAM) e Istiqlal (PI), compiten por los votos de los más de 15 millones de marroquíes inscritos en las listas electorales. De este modo, RNI, liderado por el empresario marroquí y ministro de Agricultura Aziz Akhannouch, se presenta a los marroquíes como una alternativa al PJD. El partido, que participó en el Gobierno anterior del lado del PJD, criticó el desempeño de este último en el Gobierno, y prometió corregir los desequilibrios provocados por los islamistas.
El partido de la «paloma» -símbolo del RNI-, fundado hace unos 42 años, destacó que sus ministros (Moulay Hafid Elalamy, Benchaaboun y Fettah Alaoui), habían logrado grandes resultados durante el período de Gobierno anterior, y prometió al pueblo marroquí enfocarse en proyectos que lograran el crecimiento en los campos agrícolas, comerciales, industriales, turísticos y marinos.
Por su parte, el PJD avanza hacia estas elecciones, cargado de duras críticas por el desempeño de su Gobierno durante los últimos diez años, cuestión que le ha hecho perder gran parte de sus simpatizantes.
En cuanto al PAM, el mayor competidor del RNI y PJD, que recordamos que ocupó el segundo puesto durante las elecciones legislativas en 2016, cree que tiene grandes posibilidades de ganar el primer lugar en las elecciones, y su líder, Abdellatif Wahbi, destaca «la posibilidad de lograr esta ambición a través del trabajo duro y la comunicación eficaz con el pueblo marroquí».
Opciones de los partidos tradicionales
Además de los tres partidos a la vanguardia en la lucha electoral, hay otros partidos que también buscan afianzarse en el escenario electoral del Reino.
Entre estos partidos, se encuentra el cuarto favorito el Partido Istiqlal, líderado por Nizar Baraka, el Partido Progreso y Socialismo (PPS), líderado por Nabil Benabdellah, la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), líderada por Driss Lachgar, y el Movimiento Popular (MP), líderado por Mohand Laenser, son partidos históricos en el Reino de Marruecos, pero su popularidad ha declinado en los últimos años, pero no ha disminuido su influencia en la escena política del país.
Estos partidos están trabajando para reposicionarse en el escenario electoral, mediante la obtención de más escaños en el Parlamento, lo que les permitirá negociar desde una posición de fuerza para obtener carteras ministeriales en el próximo Gobierno.
Una rara campaña electoral
Estas elecciones se celebran a la luz de la pandemia de Covid-19 en el Reino de Marruecos, y las repercusiones que ha causado en muchos sectores vitales, que ha restringido muchos comportamientos cotidianos. La pandemia eclipsó las manifestaciones electorales en el Reino de Marruecos, ya que el Ministerio del Interior destacó la necesidad de evitar las aglomeraciones y también de garantizar el respeto de las medidas cautelares.
En este sentido, el Ministerio del Interior marroquí destacó la necesidad de no exceder las 25 personas en los espacios públicos, ya sean cerrados o abiertos, para reuniones de campaña electoral y de propaganda.
También impidió el montaje de carpas y la organización de banquetes, sin exceder un máximo de 10 personas durante las giras de campo y no exceder los 5 autos durante los convoyes electorales.
Los partidos marroquíes realizarán sus campañas electorales sin distribuir folletos a los votantes en las calles, espacios públicos y residencias, pero se mantendrán los carteles publicitarios.
El nuevo Cociente electoral
Estas elecciones también se enmarcan en el contexto de la adopción por parte del Reino de Marruecos de un nuevo sistema de cálculo de la distribución de escaños, un sistema que depende del cálculo de la distribución de escaños en función del número de votos, y no de la representación proporcional como ocurría en la pasado.
La adopción de este sistema desató una gran polémica, dejando una marcada polarización entre todos los partidos marroquíes que apoyan esta nueva ley, por un lado, y el Partido Justicia y Desarrollo, que expresó su rechazo a este método de conteo de votos.
El Tribunal Constitucional del Reino de Marruecos resolvió la controversia, destacando que la distribución de escaños en función del número de votos registrados, no de los votos expresados, no viola la constitución marroquí.
Este sistema abriría el camino para que los partidos más pequeños también tuvieran representación en los consejos electos, ya sea en el parlamento o en los consejos locales y regionales.
Por último, este nuevo enfoque acaba con el monopolio que uno o dos partidos puedan tener sobre el escenario electoral, al tiempo que promueve el pluralismo y la diversidad política dentro de las instituciones.