
02-07-2021
El Embajador Representante Permanente de Marruecos en Ginebra, Omar Zniber, denunció el jueves el «doble trato, las maniobras, las falacias y la obstinación enfermiza del régimen argelino a propósito de la cuestión del Sáhara marroquí».
Durante los debates celebrados en el Consejo de Derechos Humanos, Zniber criticó las mentiras que engendró la declaración del representante de Argelia, que según describió como «una maniobra estéril y contraproducente para desviar la atención de las quejas serias y legítimas del Alto Comisionado; así como de miles de ONG en todo el mundo, sobre las violaciones masivas de los derechos de los argelinos a la libertad de expresión, de reunión y de manifestación pacífica¨.
El embajador recordó «la realidad conocida hoy por todo el mundo, incluidos los millones de argelinos que se manifiestan cada día en las calles de las ciudades de Argelia, exigiendo acabar con la dilapidación de los recursos del país en mantener el separatismo y la hostilidad hacia un país vecino, y hacer la apología de una doctrina estúpida, basada en un conflicto quimérico, engañoso y artificial con Marruecos».
La misma fuente señaló que «a cambio de la obstinación de la junta militar en negar la realidad histórica, política, cultural, religiosa y económica de la marroquinidad del Sáhara, los eslóganes levantados por las manifestaciones populares de Hirak en Argelia revelan claramente que la llamada cuestión del Sáhara no es la causa del pueblo argelino, sino, efectivamente, un asunto del régimen militar argelino».
En este sentido, recordó al representante argelino que, pese a sus declaraciones, varios de sus Presidentes han reconocido formalmente la marroquinidad del Sáhara, en particular el Presidente Boumediene en su declaración a la Cumbre Árabe de 1974, en la que expresaba explícitamente su apoyo a Marruecos para recuperar sus Provincias Saharauis.
En el mismo marco, recordó el embajador que el presidente Boudiaf fue asesinado, tras haber querido poner fin a esta controversia artificial. El Presidente Bouteflika, por su parte, no dudó en presentar un documento a las Naciones Unidas, pidiendo la división de las poblaciones y de las provincias saharauis, compartiendo las provincias afectadas. Así, ha reflejado de manera obvia las intenciones no reconocidas del régimen argelino detrás del apoyo al separatismo, bajo el pretexto de supuestos principios explotados únicamente en beneficio de objetivos hegemónicos.
Por otra parte, el diplomático marroquí ha protestado contra la exclusión y el acoso del cual sufren personalidades políticas de primer rango, por el único error de permitirse afirmar públicamente su apoyo a la marroquinidad del Sáhara, como Amar Saâdani, ex presidente de la Asamblea Nacional y secretario general del (Frente de Liberación Nacional (FLN), que fue forzado a exiliarse.
Zniber ha criticado igualmente las sanciones que llegan hasta el cierre, a través de varias estratagemas y soportes periodísticos, para hacerles callar para siempre cuando se trata de informar al lector argelino sobre los verdaderos pormenores de este conflicto artificial, que constituye desde hace 45 años la razón de ser de la diplomacia argelina. El embajador subrayó, asimismo, que «los gobernantes argelinos no se interesan por el principio de autodeterminación o por el apoyo a un supuesto pueblo saharaui, que nunca ha existido, sino simplemente para alcanzar fines geopolíticos hegemónicos». Observando que el pueblo marroquí y su componente saharaui, cuyo representante argelino pretende ser su hermano, se erige para siempre contra esta duplicidad que revela las verdaderas intenciones de los gobernantes argelinos.