
04-06-2021
Entrevistada por: Rihab Marmid
Charlar con un escritor es siempre divertido, porque la literatura en general es una herramienta que permite expresar profundos sentimientos, transmitir mensajes y marcar diferencias. En este sentido, «Marruecom» ha entrevistado a una de las nuestras, una escritora de orígen bereber, que vive desde su infancia en España y que obtuvo la nacionalidad española. Los temas que aborda son interesantes y su trayectoria es atractiva. De hecho, hemos intentado sacar provecho de nuestra entrevista con ella, y acercar el lector al pensamiento de dicha autora. Entre Nador, Vic y Toulouse, su vida ha tenido muchos cambios. Ha dejado Marruecos cuando tenía ocho años, vivió 35 años en España, y ahora reside en Francia. Estos datos entre otros, los van a descubrir en esta entrevista. Entonces, tenemos el honor de tener entre nosotros a la escritora marroquí Laila Karrouch.
P: ¿Cómo fue su llegada a España hace 36 años?
Tenía ocho años, pero me acuerdo de muchísimos detalles. Lo detecté como un castigo, fue bastante traumático, bastante confuso. Es cierto que el deseo de todos en ese momento, y yo creo que también hoy en día sucede tanto entre los mayores como los niños, el objetivo es de marcharse de Marruecos para ir a buscar oportunidades en Europa. Pero la verdad es que cuando llegó ese momento, no éramos conscientes realmente de este deseo que significa marcharse de tu país para ir a otro país que no conoces de nada.
P: Normalmente la adaptación en otro país y con otra cultura no suele ser fácil, por temas de ideologías de religión y de racismo. ¿Usted ha sufrido del racismo por ejemplo?
Creo que las mujeres y los hombres sufrimos racismo de diferentes maneras. El hecho de ser de otro país que pertenece a África donde físicamente se ve la diferencia en el color de la piel, sufrimos racismo tanto hombres como mujeres. Pero el hecho de ser mujer musulmana que llevamos vestidos de manera concreta, esto es uno de los elementos que sean más discriminatorios y que los demás nos ven con inferioridad.
¿Racismo? Cuando era pequeña y no sabía hablar el idioma sufría el racismo y no era consciente de ello, pero el racismo verdadero, puro y duro, lo encontré cuando empecé a trabajar, cuando empecé a buscar mi trabajo y cuando empecé a buscar mis oportunidades como cualquier ciudadano europeo que quiere un trabajo, una casa, mejorar su vida personal etc…
P: Sabemos que usted tenía una experiencia en el deporte. ¿Puede acercarnos a esta experiencia?
Yo fui campeona de Cataluña de atletismo, practicaba Cross. Pues desde los ocho años hasta los quince, fue una experiencia muy bonita, porque fue algo que me ayudó a integrarme en el país de acogida. Los momentos de competencia eran momentos en los que uno olvida que pertenece a otro país y que es uno más, que tiene el objetivo de luchar, mejorar y ser el mejor en lo que estaba practicando. El problema lo tuve cuando de repente mis padres se dieron cuenta de que ya no era una niña, había mucha presión por parte de gente que provenía de zonas rurales de Nador. Reconozco que es una mentalidad muy cerrada, incluso la nuestra, la de nuestros padres que veían cómo el deporte es algo peligroso para una mujer. Tampoco me decían que era niña, sino una mujer. Entonces por una presión ciudadana me obligaron a dejar el deporte.
P: Hoy en día, usted tiene un gran historial de obras y publicaciones. La más famosa es «De Nador a Vic» que obtuvo el Premio Columna Jove 2004. ¿Considera que es la mejor, sobre todo porque trata sentimientos personales?
Creo que cada libro es parte del autor, lleva una parte de ADN, dice algo de nosotros. Pero «De Nador a Vic» es un libro autobiográfico, no hay cambios de nombres, no hay cambios de fechas, es como un diario secreto y narra la historia desde un punto de vista muy humilde, es un tema que no pasa de moda porque lo que le sucede a una persona que deja su país, en este caso Marruecos, para irse a otro país, en este caso España, le puede suceder o le sucede a gente que va de una gran ciudad, por ejemplo de Barcelona a un pueblo como puede ser Vic u otras ciudades más pequeñas. Por experiencias que he tenido en conferencias, tengo más de 15 años dando charlas y hablando con gente, sobre todo gente que viene del sur de España, de Andalucía, y que han tenido que subir hacia el norte. Han tenido y tienen sentimientos bastante parecidos a los míos.
P: Usted escribe en catalán y en español. ¿Ha intentado alguna vez dirigirse al público marroquí mediante alguna traducción?
Traducir mis libros al árabe es uno de mis sueños, me gustaría muchísimo. Cuanto más tiempo pasa, más ganas tengo de acercarme a mi gente. Imagino que las raíces tiran muchísimo. Desde hace cuatro años estoy viviendo en la ciudad de Toulouse y creo que el francés me hace sentir algo más cerca de mi gente, pero es cierto que la gente me va conociendo más en Marruecos, se han puesto más en contacto conmigo, voy dando charlas también de vez en cuando en Marruecos y eso para mí es muy importante. Es cierto que estuve solo ocho años, que en España llevo más de treinta y cinco, es una diferencia abismal. Pero cuando uno nace en un lugar como Marruecos que para mí es un país único, que tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Para mí es muy importante el hecho de que mi gente reconozca mi labor y me llame, así que realmente quiera acercarme cada vez más.
P: ¿Cuál es su fuente de inspiración?
La fuente de inspiración es la vida misma, lo que yo vivo, lo que yo observo o lo que hay en mi alrededor. Yo creo que la realidad tiene tantas cosas que enseñarnos, tanto que mostrarnos, que a veces los libros ayudan, claro está. Pero lo que uno ve, lo que uno vive es importante, por ejemplo ahora mismo que estoy en Francia veo que es otro mundo diferente al de España. Me tiran mucho las obras literarias como puede ser Laila Slimani, Taher Benjelloun, que también ven una realidad bastante paralela a la mía.
P: ¿Cuál es el mensaje que intenta transmitir siempre en sus obras?
El mensaje que intento transmitir es la realidad que estamos viviendo, la gente que estamos entre estos dos mundos y la gente que está incluso entre tres mundos, intento compartir mi mundo, transmitir una cultura como la nuestra, la marroquí. Intento también dar a conocer al mismo tiempo la cultura marroquí, concretamente la catalana a la comunidad marroquí que también desconoce bastante el mundo donde estamos viviendo, el mundo que nos acoge. Intento tocar esos temas sociales que nos preocupan y que igual no hablamos de ellos porque son tabú, porque nos molesta o porque simplemente creemos que es mejor callarnos porque los demás no nos van a entender.