
24-03-2021
Desde la represión del movimiento Hirak hasta las violaciones de derechos humanos en los campamentos de Tinduf, pasando por las persecuciones contra las minorías religiosas, los abusos y atrocidades cometidos por Argelia y el Polisario fueron duramente criticados con ocasión de la 46ª sesión del Consejo de Derechos de la ONU.
Esta sesión, que llega a su fin después de cuatro semanas de debates por videoconferencia, fue una oportunidad para que varias organizaciones internacionales, incluidas las Naciones Unidas, y activistas de derechos humanos desmembrar estos actos reprobables, y expresar la solidaridad total con las víctimas tanto en las ciudades argelinas como en el interior de los campamentos de Tinduf.
Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (CDH) inauguró el Carrusel de quejas y críticas en los primeros días del período de sesiones, lanzando un llamamiento a las autoridades argelinas para que liberen inmediatamente a todas las personas detenidas por haber participado en las manifestaciones pacíficas del movimiento pro-democrático «Hirak».
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos volvió, por segunda vez, para señalar formalmente “el deterioro de la situación de los derechos humanos en Argelia y la continua y creciente represión contra los miembros del movimiento prodemocrático Hirak”, y denuncia “las disposiciones vagamente redactadas del Código Penal argelino, que se utilizan para restringir la libertad de expresión y enjuiciar a quienes expresan opiniones disidentes”.
Las protestas, que habían continuado en línea a raíz de la pandemia, se han reanudado en las calles en las últimas semanas, y las autoridades respondieron de la misma manera represiva que en 2019 y 2020.
El portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos informa de «numerosos casos en todo el país en los que elementos de seguridad han utilizado fuerza innecesaria o excesiva y han llevado a cabo detenciones arbitrarias para sofocar protestas pacíficas».
Mientras tanto, varias organizaciones de la sociedad civil se han sucedido durante esta sesión del CDH, para denunciar la represión en Argelia, pero también en los campamentos de Tinduf.
La organización independiente “Instituto de Estudios de Derechos Humanos de El Cairo” (CIHRS) por su parte condenó los juicios abiertos en 2020 contra mil personas procesadas por ejercer sus derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica, incluidos 63 cargos por insultar al presidente.
Argelia también ha sido condenada ante el Consejo de Derechos Humanos por organizaciones internacionales por violaciones de los derechos de las minorías religiosas, en particular por la campaña para cerrar los lugares de culto protestantes.
La Alianza Evangélica Mundial, el Consejo Mundial de Iglesias y «Christian Solidarity Worldwide» han expresado «su grave preocupación por el cierre en curso de las iglesias protestantes en Argelia».
En una declaración similar presentada al CDH de la ONU, la Alianza Bautista Mundial denunció, por su parte, «la campaña liderada por las autoridades argelinas contra las iglesias protestantes y los cristianos protestantes en Argelia».
Al mismo tiempo, otras organizaciones han señalado la complicidad y responsabilidad de las autoridades argelinas en las atrocidades, abusos y graves violaciones de los derechos humanos cometidos por los miembros del Polisario en los campamentos de Tinduf.