
05-03-2021
La emancipación de las mujeres pasa inevitablemente por romper el «techo de cristal» que representan las barreras sociales y psicológicas, que tienden a promover la inmovilidad femenina y devuelven sistemáticamente a las mujeres a una posición de inferioridad y subordinación, dijo el Consejo Económico, Social y Medioambiental (CESE).
“Un país no puede reclamar ningún tipo de desarrollo y progreso si la mitad de su sangre vital, es decir, las mujeres, está excluida de él. En un momento en que Marruecos se moviliza para avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo más integrador, es inconcebible que las mujeres sufran violencia y permanezcan al margen de los ámbitos de la vida socioeconómica y cívica”, señaló el CESE en una nota con motivo del Día Internacional de Lucha por los Derechos de la Mujer.
A pesar de los avances, la discriminación de género y las violaciones de los derechos de las mujeres aún persisten y su participación en el desarrollo sigue siendo baja, lamentó la misma fuente, enfatizando la necesidad de realizar varios cambios para promover los derechos de las mujeres. Por tanto, el Consejo recomienda tres cambios importantes (institucional y legal, operativo y sociocultural), derivados de sus informes y dictámenes dedicados a la promoción de la igualdad de género y la lucha contra todas las formas de discriminación.
El CESE destacó la importancia de derogar las disposiciones legales contenidas en una serie de leyes cuya aplicación perjudica a las madres solteras y a sus hijos y que obstaculizan el derecho a presentar una denuncia por violación (artículo 490 del código penal), añadiendo que el artículo 21, 20 y 22 del Código de Familia también deben derogarse a fin de erradicar el matrimonio infantil.
Se trata también de erigir la promoción de la igualdad y la lucha contra la violencia contra las mujeres y niñas (tolerancia cero), tema nacional prioritario traducido en una política pública global y transversal, basada en un presupuesto santuario claramente identificado, así en cuanto a garantizar el respeto de la dignidad y la privacidad de las mujeres, incluso en el contexto de procedimientos judiciales y médico-legales.
Además, el CESE recomienda condicionar parte de la subvención pública concedida a partidos políticos, sindicatos y asociaciones a que se alcance un nivel mínimo de representatividad del 30% de las mujeres en sus órganos de gobierno.
De igual forma, el CESE pidió la inclusión de la seguridad de las mujeres, en el transporte público y en los lugares públicos, en el centro de las preocupaciones de las políticas de ciudad, políticas de seguridad pública, planes de desarrollo urbano y programas de vivienda y la promoción del acceso de las mujeres rurales al trabajo remunerado y la mejora de su autonomía financiera.
Desde el punto de vista sociocultural, se trata de promover el debate público para cambiar mentalidades en temas relacionados con el matrimonio infantil, la interrupción voluntaria del embarazo y los procedimientos sucesorios.