
02-03-2021
por: Soufiane Ben Lazaar
¿qué ha pasado entre Marruecos y Alemania? Una pregunta que repite la mayoría, sin poder obtener una respuesta dado el silencio del Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí.
Sin dar explicaciones, el Ministerio pidió «suspender todo contacto, interacción o acción cooperativa, en cualquier caso o en cualquier forma, tanto con la Embajada de Alemania en Marruecos como con las organizaciones de cooperación y fundaciones políticas alemanas vinculadas a ella”. La medida tan sorprendente que intentaremos explicar, a raíz de los últimos riferrafes entre los dos estados.
Nadie puede profundizar en el análisis de esta decisión, aunque se puede especular sobre dos puntos esenciales que pueden haber llevado Marruecos a tomar esta decisión. La posición de Alemania en el conflicto del Sáhara y su reacción al reconocimiento de los EE.UU. de la soberanía de Marruecos sobre el territorio del Sáhara, y la celebración de una Cumbre en Berlín sobre Libia sin invitar a Marruecos a participar, siendo el Reino uno de los artífices de la reconciliación libia.
Rabat no perdona a Alemania haber exigido la celebración de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU tras el reconocimiento de Donald Trump de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara. Otro punto que puede haber alimentado este malentendimiento, es la ausencia de intenciones explícitas y públicamente anunciadas de la posición del Estado federal sobre el expediente del Sáhara. Bourita había pedido recientemente a los países de la Unión Europea salir de la zona de confort y apoyar la propuesta de autonomía marroquí en el Sáhara.
Por otra parte, haber sido excluido de la Conferencia de Berlín celebrada en enero de 2020 sobre la crisis libia, fue un hecho sorprendente para el Reino de Marruecos, quien respondió en un comunicado oficial, a la exclusión y marginación de los esfuerzos de Rabat para resolver la crisis libia, invocando el Acuerdo de Sjirat y la postura de Marruecos de rechazar cualquier injerencia extranjera en el conflicto libio, afirmando siempre que la solución tiene que ser libia-libia.
Probablemente, el acercamiento de Marruecos con Estados Unidos e Israel, el papel que jugó en el conflicto libio, las solicitudes de Bourita a los miembros de la Unión Europea a posicionarse al lado de un bando u otro en el conflicto del sáhara, sean cuestiones que pueden haber molestado a algunas potencias en el viejo continente.