
04-02-2021
La decisión estadounidense de reconocer la plena soberanía de Marruecos sobre todo el territorio del Sahara inaugura «un impulso reforzado a favor de una solución política realista y duradera basada en el compromiso en el marco de la autonomía», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, en un artículo publicado ayer miércoles por la revista «Jeune Afrique».
La decisión de Estados Unidos debe «medirse frente a la perspectiva de una solución que ofrece a esta disputa que ha durado demasiado, para acercarnos a una estabilidad y seguridad duraderas en un subcontinente altamente estratégico», subrayó el ministro.
Bourita indicó que el peso de la decisión americana «debe leerse en relación con el de su autor: potencia global, miembro permanente del Consejo de Seguridad» y «aliado principal» de Marruecos, con el que se han construido relaciones estratégicas en los últimos veinte años, bajo la dirección del Rey Mohammed VI.
Estas relaciones, arraigadas en la historia y con miras al futuro, se han ido consolidando a lo largo de las distintas administraciones, dijo.
Denunciando el hecho de que los «separatistas del Polisario» no esperaron a la decisión estadounidense para romper el alto el fuego y llevar a cabo acciones de hostigamiento «insignificantes», Bourita señaló desde esta tribuna que en el conflicto en torno al Sahara se oponen dos visiones.
Por un lado, el de Marruecos, llevado por su Soberano, que quiere que el futuro sea mejor que el pasado, y que invierte masivamente para construirlo con más de 7 mil millones de dólares en diez años solo en las provincias del sur, «respondiendo así a la visión real de no dejar a las poblaciones rehenes del estancado proceso político».
Por otro lado, el de las otras partes, que «»privilegian el statu quo e incluso la descomposición, impidiendo la integración económica regional, amenazando la seguridad en una región inestable y haciendo caso omiso de las consecuencias humanitarias en juego».
Para él, «es a la luz de estos datos que hay que apreciar la decisión americana», añadiendo que es también desde este punto de vista que se revela en su dimensión más estructurante porque «inaugura un momentum reforzado en favor de una solución política realista y duradera basada en el compromiso en el marco de la autonomía».
«Es este sentido del compromiso, típico de su tradición milenaria de Estado central, lo que ha permitido a Marruecos evolucionar hacia una lógica de autonomía ampliada en la que la población del Sáhara marroquí puede gestionar sus asuntos políticos, económicos y sociales a través de los órganos legislativos, ejecutivo y judicial regionales», afirmó.
Bourita señaló también que los Estados Unidos conocen bien la génesis y la evolución del expediente, sus dinámicas y desafíos, señalando que el proceso, cuya iniciativa de autonomía es fruto de «consultas exhaustivas entre Mohammed VI y la administración Clinton».
Presentada en concertación con la administración Bush, republicana, fue apoyada luego por la administración Obama, demócrata. Estas administraciones sucesivas han dado su apoyo a la autonomía como solución a esta controversia regional, recuerda el ministro, señalando que la proclamación presidencial de la administración Trump ha llegado para «coronar este proceso y explicitar una posición constante de apoyo desde hace veinte años».
Un apoyo que va de la mano con el reconocimiento de la soberanía nacional y la integridad territorial, observó, añadiendo que, «más allá del apoyo que aportan a Marruecos mediante declaraciones políticas públicas, los Estados Unidos ponen a disposición, desde 2015, una línea financiera en favor de las provincias del Sáhara marroquí».
La proclamación americana está también en sintonía con la evolución del expediente en el seno de las Naciones Unidas, en primer lugar a través de las declaraciones de numerosos antiguos enviados de la ONU que habían insistido que «la independencia del Sáhara» no era una opción realista, y luego a través de las últimas diecisiete resoluciones del Consejo de Seguridad que han consagrado una doctrina clara, pidiendo una «solución política realista, pragmática y duradera» a la vez que pone de relieve la preeminencia de los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos para salir del estancamiento, dijo.
Para lograrlo, Marruecos “se mantiene fiel” al proceso político que se desarrolla bajo los auspicios de Naciones Unidas, sobre la base de parámetros claros, involucrando a las verdaderas partes de la disputa regional, prosiguió.
“SM el Rey se ha comprometido con el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres”, apuntó el ministro, señalando que es “imprescindible subrayar que el proceso político no es un fin en sí mismo” sino más bien “un camino”.
A su juicio, los que creen contrariar a Marruecos al oponerse a su iniciativa de autonomía no hacen más que «entrar a un callejón sin salida oponiéndose en realidad a la única promesa de una solución sin vencedor ni vencido, y que goza de un impulso de apoyo internacional cada vez más afirmado».
«Prueba de ello son los 42 países que han reiterado recientemente su apoyo a la autonomía bajo soberanía marroquí en el marco de una conferencia ministerial a iniciativa de Marruecos y de los Estados Unidos. Además, la decisión estadounidense de unirse a la veintena de países que han inaugurado consulados en El Aaiún y Dajla motivará sin duda a otras naciones a seguir su ejemplo muy pronto», recordó.
Cuando Marruecos firmó, el 22 de diciembre, la declaración trilateral que contiene la declaración presidencial estadounidense, “selló al mismo tiempo un compromiso por un paquete virtuoso, promoviendo la estabilidad en el Magreb y sirviendo a la paz en Oriente Medio en el Mismo tiempo». enfatizó el ministro.
«Es una oportunidad que se nos ofrece hoy para situarnos en una posición constructiva y actuar hacia el único horizonte realista, justo y duradero», concluyó.