
24-12-2020
Entrevista realizada por: Omar Benchekroun
El 10 de diciembre de 2020, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, transformó, mediante unos tuits, la situación geopolítica del noroeste de África y de Oriente Medio reconociendo, de manera inequívoca, la soberanía del Reino de Marruecos sobre el Sahara a cambio de la normalización de las relaciones con Israel.
Marruecos se ha convertido así en el cuarto Estado que concluye un acuerdo de este tipo con Israel desde agosto, después de Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán. Igualmente, se convierte en el sexto miembro de la Liga Árabe en normalizar sus relaciones con Israel, después de Egipto y Jordania.
Un vínculo especial une Israel y Marruecos, que se basa, en gran medida, en la comunidad judía marroquí con la que Marruecos nunca ha roto sus relaciones. Asimismo, la Constitución marroquí de 2011 consagra en su preámbulo la riqueza y diversidad de los componentes espirituales y culturales (incluida la influencia hebrea) que forjan la identidad de los marroquíes.
La decisión marroquí no es una cuestión de reconocimiento, sino de reanudación de las relaciones existentes debido a los numerosos contactos mantenido con Israel mucho más antes de la oficialización formal.
Idriss Lagrini, experto en relaciones internacionales, ha atendido al equipo de “Marruecom” en exclusiva para enfocar las nuevas orientaciones de estas relaciones.
P: Sabemos que Marruecos e Israel mantenían relaciones antes de la normalización diplomática ¿Cuál era la naturaleza de estas relaciones? ¿Podemos hablar de una mera oficialización de unas relaciones ya existentes?
Las relaciones marroquí- israelíes se situaban en el marco de una iniciativa árabe global vinculada al apoyo de lo que se denominaba en aquel entonces “la iniciativa de paz” y para dar la oportunidad a palestinos e israelíes al desarrollo de sus relaciones, a respetar los acuerdos establecidos y para asegurar los derechos de los palestinos afirmados en numerosos pactos y acuerdos alcanzados en este sentido. Pero cuando Marruecos percibió, en el marco de valoraciones claras, la continua edificación de colonias y ataques contra los palestinos y sus territorios, sobre todo en Gaza y también las continuas violaciones de los derechos de los palestinos, cerró la Oficina de Enlace y congeló sus relaciones con Israel, manteniendo contactos muy limitados en todo caso
P: ¿Por qué esta normalización ha ocurrido en este momento precisamente?
Actualmente existe un estancamiento grande y global en lo que respecta al conflicto arabo-israelí, y lo que complica más la situación es la degradación de las relaciones entre los árabes, que han atravesado por importantes desacuerdos, sea en el seno del cuerpo magrebí con el problema entre Marruecos y Argelia, o dentro del Consejo de Cooperación del Golfo entre Qatar de una parte y por otra, el resto de países del Golfo, entre ellos Arabia Saudí, los Emiratos y Baréin, además de la existencia de un conjunto de focos de tensión en la región árabe, en Irak, Siria, Yemen, en Libia… En estos focos, desgraciadamente, los países árabes no disponen ni de una visión unificada hacia estos asuntos, ni qué decir de los grandes asuntos internacionales como el dossier iraní, las relaciones con EE.UU., los problemas vinculados al Medio ambiente, etc. Actualmente, un conjunto de países árabes, desde una perspectiva soberana, y que no consideran que el asunto implica a otros países, optó sobre la base de una valoración de la situación, activar la situación desde un enfoque diplomático; incluso el difunto Yasser Arafat consideraba que la diplomacia es también una prolongación a la resistencia. Porque, a través de la diplomacia se podría conseguir también un conjunto de derechos de los palestinos.
P: ¿Qué cambiará esto en el futuro de Marruecos de cara a su política exterior y su relación con los otros países? ¿El peso de Marruecos en el escenario internacional será más fuerte?
Desde mi humilde consideración, primero, la causa palestina es una causa firma e inamovible respecto a la política exterior de Marruecos, y es lo que ha confirmado el Gabinete Real; también es un asunto presente entre la población marroquí, ya que varias y multitudinarias manifestaciones de protesta tuvieron lugar en Marruecos en los últimos años a favor del pueblo palestino. Las manifestaciones más importantes y en donde desaparecen los desacuerdos entre los marroquíes, son las que se organizan a favor del pueblo palestino, más que en otras manifestaciones sobre asuntos puramente marroquíes como el paro o demás problemas sociales. Por ello, sobre la postura de Marruecos ante la causa palestina, no creo que Marruecos decepcione o traicione a los palestinos. El segundo punto es que la realidad internacional ha cambiado, y ahora estamos ante una política exterior que Marruecos aplicada desde hace diez años, que es una política exterior pragmática que no se basa en los lemas (eslóganes), sino que apuesta por la intensa movilización y la eficiencia. Es lo que hemos observado en las críticas dirigidas a la Liga de países árabes y su actuación por parte del rey, lo hemos observado también en la ausencia del Rey en varias cumbres árabes. Hoy existe una visión soberana que refleja el punto de vista marroquí hacia cómo apoyar esta causa. No olvidemos que el Rey Mohammed VI es el presidente del Comité “Al Qods” y no creo que la institución real pueda hacer concesión de su posición simbólica y de su presencia no solo a nivel interno marroquí sino también a nivel islámico como presidente de este Comité; pues esta última actuación marroquí solo se puede contemplar como un servicio a favor de los palestinos, puede que a través de vías no tradiciones, sino por nuevas vías. Históricamente, varias iniciativas de peso partieron desde Marruecos, sobre todo en lo que afecta a la causa palestina o el conflicto arabo-palestino en la era del difunto monarca Hassan II. Por ello no creo que la postura marroquí tenga un impacto sobre su presencia regional o internacional en un contexto en la política exterior es más dinámica, pragmática y se mueve en varias direcciones, hacia América, África, Europa… Por ello no creo que ello tenga un impacto negativo sobre el estatus de Marruecos.
P: ¿Qué diría a los marroquíes que condenan el acercamiento entre Marruecos e Israel?
En mi opinión, considero que este asunto es muy importante. El hecho de que varios marroquíes hayan expresado su rechazo al restablecimiento de las relaciones con Israel, hará que el órgano decisor en Marruecos tenga más cuidado y cautela para transformar esta relación en una oportunidad a favor de la defensa de los palestinos y para establecer iniciativas que redundarán sin duda a favor de la causa palestina, partiendo como dije, del estatus del Rey como presidente del Comité Al Qods y en base también al sitio que ocupa la causa palestina en lo profundo de la sociedad marroquí. No olvidemos también que Marruecos, paralelamente al establecimiento de estas relaciones, insistió en que la causa palestina tiene el mismo peso y la misma presencia en el Marruecos oficial, que el asunto del Sahara.
P: ¿Qué piensa usted de los numerosos acuerdos concluidos entre Marruecos e Israel con la visita de la delegación a Rabat?
Creo que es una señal positiva y de buenas intenciones para Marruecos, y espero sea acogida por la otra parte, no solo a nivel de la consolidación de relaciones sino también en dar una señal positiva de que Israel muestre su disposición en apoyar los derechos de los palestinos y la consolidación de la solución en base a dos Estados independientes y paralizar todo lo que pueda incomodar a todos los países árabes que han mostrado cierto optimismo con la reanudación de las relaciones con Israel. Creo que ahora la pelota está en el campo israelí para que actúe con la severidad y la responsabilidad requeridas con los derechos palestinos, ya que se veía cómo anteriormente, las intenciones de Israel no eran serias con los palestinos y no respetaban los acuerdos anteriormente pactados.