En los últimos años, Marruecos ha consolidado su posición como uno de los nuevos polos industriales más dinámicos del norte de África, especialmente en el ámbito de la fabricación de automóviles. Este ascenso sostenido ha generado un creciente malestar en España, país históricamente consolidado en este sector, que ahora percibe en su vecino del sur un competidor directo y cada vez más difícil de igualar.
Un informe del diario español El Debate subraya que el Reino de Marruecos se ha convertido en un verdadero desafío para la industria automotriz española. El documento destaca que la eficiencia productiva marroquí y sus costes laborales considerablemente más bajos han colocado al país en una posición ventajosa frente al declive progresivo de la competitividad de las plantas españolas. Un estudio de la consultora internacional Oliver Wyman —titulado “Analizando los costes laborales de la producción de vehículos”— revela que producir un coche en Marruecos cuesta apenas 110 dólares en mano de obra, frente a los 955 en España y los 3.300 en Alemania.
Esta brecha explica la estrategia de grandes grupos internacionales como Stellantis, que ha reforzado sus inversiones en territorio marroquí. La multinacional, responsable de modelos como el Peugeot 208 y el Citroën C4, ha encontrado en Marruecos un entorno más rentable y tecnológicamente eficiente. El propio exdirector ejecutivo del grupo, Carlos Tavares, advirtió antes de dejar su cargo que las fábricas españolas debían dejar de compararse con las europeas y mirar hacia el sur, aludiendo directamente al avance marroquí.
Más allá de la diferencia salarial, el verdadero punto de inflexión radica en el nuevo impulso de Marruecos hacia la producción de motores, un paso estratégico que consolida su integración industrial. Mientras Stellantis inicia la operación de una planta de motores en suelo marroquí, las fábricas españolas del grupo carecen actualmente de esta capacidad. Este cambio no solo redefine las cadenas de suministro, sino que proyecta al Reino como un centro de ingeniería mecánica en expansión.
De acuerdo con otro análisis de El Economista, Marruecos está a punto de superar a Italia, Polonia y Rumanía en volumen de producción automotriz, impulsado por un flujo sostenido de inversiones extranjeras y una política industrial orientada a sectores de alto valor añadido. Para el banco J.P. Morgan, el país representa hoy una “versión de bajo coste de España”, basada en un modelo económico dual: automoción y turismo como pilares de crecimiento estable.
Las previsiones apuntan a un crecimiento del 4 % anual entre 2025 y 2027, respaldado por un clima político estable, costes laborales competitivos y una ubicación geoestratégica privilegiada. Estos factores, sumados a una visión industrial de largo plazo, explican por qué Marruecos ha dejado de ser un actor emergente para convertirse en un competidor estructural dentro del ecosistema automotriz europeo.
06/11/2025









