En una noche que ya se inscribe en los anales de la política estadounidense, Nueva York ha elegido a Zohran Mamdani, un socialista de 34 años, como su nuevo alcalde. Hijo de inmigrantes del sur de Asia, activista progresista y voz firme contra el trumpismo, Mamdani se convierte en el primer alcalde musulmán en la historia de la ciudad que nunca duerme.
Su victoria no solo derriba techos políticos y culturales, sino que también lanza un mensaje directo a Washington. “Nueva York será la luz”, proclamó desde un escenario abarrotado en Queens, en alusión a su promesa de que la ciudad seguirá siendo un refugio para la diversidad y la resistencia democrática.
Mamdani superó ampliamente al exgobernador Andrew Cuomo, que intentaba regresar a la primera línea política, y al republicano Curtis Sliwa, símbolo de una nostalgia de orden que parecía tener más eco en los años ochenta que en este presente convulso. La participación ciudadana –1,75 millones de votos, frente a poco más de un millón en las municipales anteriores– refleja el magnetismo de un candidato que ha sabido movilizar a jóvenes, minorías y desilusionados del sistema.
Para los analistas, su victoria cristaliza una tendencia más amplia: el avance de un progresismo urbano que desafía el discurso nativista y autoritario del presidente Donald Trump. Este, visiblemente irritado, reaccionó desde su red en línea con su habitual estilo pugnaz, asegurando que “los republicanos perdieron por la parálisis presupuestaria y por no estar en el voto”. No faltó la diatriba personal: en un mensaje posterior, atacó a Mamdani por su origen y credo, un reflejo más de la polarización que atraviesa la política nacional.
Sin embargo, el nuevo alcalde no parece dispuesto a entrar en el juego del enfrentamiento personal. Su discurso se centró en la esperanza, la inclusión y el deber de reinventar la idea de ciudad como espacio de justicia social. “Nueva York –dijo entre vítores– seguirá siendo una ciudad de inmigrantes; una comunidad donde nadie será invisible”.
Más allá de los gestos simbólicos, el desafío que le espera no es menor: abordar los problemas estructurales de vivienda, desigualdad y servicios públicos, mientras equilibra las expectativas de una base progresista con la gestión pragmática que exige una metrópoli de más de ocho millones de habitantes.
Zohran Mamdani llega al poder con una biografía que parece hecha de contrastes: nacido en Uganda, criado en Nueva York, activista por los derechos de los inmigrantes y economista de formación. Su ascenso fulgurante recuerda que, incluso en tiempos de fatiga política, los votantes aún pueden dejarse inspirar por una idea simple pero poderosa: la de que la ciudad más grande del país siga mirando hacia el futuro, con todas sus luces y todas sus sombras.
05/11/2025









