Panamá busca dar un salto cualitativo en el manejo de sus abundantes recursos hídricos y, en esa ruta, ha encontrado en Marruecos un socio estratégico con amplia experiencia en optimización y gestión del agua. La Autoridad Nacional de Descentralización panameña organiza el III Foro de Líderes Locales 2025, que se celebrará el 24 de septiembre en Ciudad de Panamá, bajo el lema “Tecnología e Innovación Aplicada al Desarrollo Local”. Allí participará como expositor Dahbi Salahddine, director de Investigación y Planificación del Agua del Ministerio de Agua y Equipamiento de Marruecos, invitado para compartir las lecciones aprendidas de su país en captación, tratamiento y uso sostenible del recurso.
La elección de Marruecos como país expositor se basa en su caso de éxito. El país magrebí ha convertido la gestión hídrica en una política de Estado, con un Plan Nacional del Agua 2020-2050 que moviliza más de 383.000 millones de dirhams, unos 36.000 millones de euros. Su experiencia combina eficiencia en el uso del agua potable, donde parte del suministro se divide entre consumo humano y tareas urbanas, con una fuerte apuesta por la desalación de agua de mar y la expansión del riego por goteo en el sector agrícola. Ejemplos como la planta desalinizadora de Agadir, que abastece tanto a la población como a 20.000 hectáreas agrícolas, lo consolidan como referente en innovación y resiliencia frente a la escasez.
En contraste, Panamá cuenta con una riqueza natural de agua abundante, gracias a su doble litoral y a una extensa temporada de lluvias. Sin embargo, enfrenta desafíos asociados a la eficiencia en la gestión, la distribución hacia zonas apartadas y la sostenibilidad de sus ciudades en crecimiento. De ahí que el intercambio con Marruecos tenga un valor estratégico, donde Panamá desea y puede aprovechar las técnicas marroquíes de diversificación de fuentes, incluida la reutilización y generación atmosférica, para perfeccionar un sistema que, pese a su abundancia, necesita adaptarse a los retos climáticos actuales y la expansión urbana.
La visita de Salahddine a Panamá demuestra como el vínculo entre ambos países se fortalece, principalmente desde junio pasado, cuando la visita oficial del canciller panameño Javier Martínez-Acha Vásquez a Rabat abrió una nueva ruta de cooperación 2025-2027. Allí se priorizaron áreas como infraestructura, desarrollo local y, especialmente, el agua como recurso transversal para la seguridad, la producción agrícola y el bienestar social.
En ese encuentro, el ministro marroquí de Equipamiento y Agua, Nizar Baraka, destacó el interés de Rabat en compartir experiencias con Panamá para modernizar la gestión de un recurso vital que, aun siendo abundante en el istmo, requiere mayor planificación.
De esta manera, el caso de Marruecos resulta particularmente atractivo para Panamá porque demuestra que la escasez no es un obstáculo insuperable. Con apenas 600 m³ de agua por habitante en 2024, por debajo del umbral de escasez absoluta, el país norafricano ha logrado posicionarse como líder continental en soluciones de desalación, eficiencia agrícola y reducción de pérdidas en redes urbanas. Experiencias que Panamá espera adaptar a su realidad para transformar su abundancia en una ventaja sostenible y tecnológicamente eficiente.
En este contexto, el foro local panameño constituye una plataforma para aterrizar la cooperación en acciones concretas. Más allá de un ejercicio académico, el diálogo con Marruecos marca un paso decisivo en la agenda bilateral para pasar de las declaraciones a proyectos tangibles que fortalezcan el desarrollo local y regional. Una cooperación Sur-Sur que, en el caso de Panamá y Marruecos, encuentra en el manejo del recurso hídrico un eslabón fuerte para ir construyendo y alargando la cadena de cooperación y proyección estratégica.
17/09/2025
María Angélica Carvajal