Europa enfrenta uno reto en su transición hacia la movilidad eléctrica, donde Marruecos podría ser parte de la solución e impulsor de una transición más barata, conveniente y de buena calidad. A pesar de que Europa produce localmente una gran parte de sus vehículos eléctricos, sigue dependiendo en gran medida de la industria surcoreana para el suministro de baterías, un terreno donde el Reino esta atrayendo inversión y busca especialización.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), alrededor del 75% de la capacidad de fabricación de células de baterías en Europa pertenece a empresas coreanas, la mitad de ellas propiedad de LG. Esta concentración ha expuesto vulnerabilidades, evidenciadas por incidentes como la reciente detención de más de 300 trabajadores surcoreanos en EE.UU., vinculados a proyectos de Hyundai y LG para producir baterías en Georgia, lo que puso en pausa temporal la expansión de la planta “Metaplant” prevista para 2026.
Aunque Europa ha desarrollado gigafactorías propias en Polonia, Hungría y Alemania, donde Polonia produce el 60% de todas las baterías de iones de litio del continente, con plantas de LG Energy Solution que generan hasta 86 GWh al año; la dependencia de capital y tecnología surcoreana sigue siendo notable. Empresas como Mercedes-Benz, BMW, Volkswagen y Hyundai-Kia dependen de estas cadenas de suministro extranjeras para asegurar la producción de vehículos eléctricos, mientras que la Unión Europea intenta impulsar su autosuficiencia a través de la Alianza Europea de Baterías (EBA) y requisitos de contenido local para 2035.
En este escenario, Marruecos emerge como un candidato estratégico para diversificar la oferta. La confirmación de la construcción de la primera gigafactoría de baterías del continente africano, liderada por Gotion High-Tech (China), en Kenitra, con una inversión total de 5.600 millones de euros, coloca al país como un potencial hub de producción. La planta, que comenzará a operar en 2026, tendrá una capacidad inicial de 20 GWh y podrá escalar hasta 100 GWh, destinando el 85% de su producción a la exportación hacia Europa.
La localización de esa planta en el Reino no es casual, ya que se integrará al ecosistema automovilístico ya consolidado con Renault y Stellantis en esa zona, lo que permite sinergias logísticas y de innovación. Además, Marruecos ofrece ventajas competitivas frente a Asia: cercanía geográfica, costos de transporte más bajos, disponibilidad de talento local y acuerdos comerciales con la UE y EE.UU., que facilitan la exportación de baterías y la integración en las cadenas de suministro europeas de manera más eficiente que desde Corea. A lo que se suma el bajo de riesgo de interrupción en la producción por motivos migratorios, legales o políticos como ocurrió con los trabajadores surcoreanos en Estados Unidos.
De esta manera, el impacto estratégico de este desarrollo podría ser considerable para el sector industrial marroquí. El país norafricano, que ya es un punto atractivo para la inversión internacional, tendría la oportunidad de producir baterías para terceros fabricantes, reduciendo costos y tiempos logísticos para Europa, al tiempo que fortalece su autonomía tecnológica y aprovecha su mano de obra para sumar la producción de baterías para coches eléctricos a su ya exitosa industria automovilística.
Igualmente, se debe tomar en cuenta que Marruecos explora activamente su potencial en recursos estratégicos para esta industria, especialmente el litio. Varios estudios geológicos recientes identifican yacimientos prometedores en el sur y centro del país, lo que podría garantizar un suministro local de materias primas críticas. Este desarrollo aumentaría su competitividad y reforzaría la autonomía tecnológica del país en la cadena de valor de los vehículos eléctricos.
Se espera que la primera fase de la inversión China en Kenitra genere 17.000 empleos directos, indirectos e inducidos, consolidando un sector industrial de alto valor agregado y proyectando al país como un centro de innovación en energía limpia y movilidad sostenible. Ante la creciente presión europea por diversificar proveedores y reducir riesgos, Marruecos tiene la oportunidad de posicionarse como un actor clave en la cadena de valor global de vehículos eléctricos. Su capacidad de producir localmente, asociarse con empresas internacionales y explotar su proximidad a los mercados europeos podría transformar al país en un socio confiable y competitivo, capaz de disminuir la dependencia del continente europeo respecto a la concentración actual en Corea del Sur e ir consolidando su posición como proveedor mundial.
16/09/2025
María Angélica Carvajal