
El reconocido periodista y escritor Juan José Téllez, que además ha sido director del periódico «Europa Sur», ha atendido a Marruecom en esta breve entrevista en la que hemos abordado temas de relevancia para España: las elecciones legislativas y la posición del país en relación al conflicto del Sáhara.
Juan José Téllez, con su amplia experiencia en el ámbito periodístico, nos brindó su perspectiva y análisis sobre estos temas de actualidad. A continuación, presentaremos tres preguntas clave que nos ayudarán a entender mejor estos asuntos y sus implicaciones para la política española.
P: Las últimas encuestas, casi todas por unanimidad, dan la victoria al PP y a Vox. Bajo su opinión, ¿qué cambio puede esperarse en esta última semana de campaña para que el PSOE pueda dar un giro a esta situación?
R: Las encuestas, en efecto, vaticinan una victoria del Partido Popular, con o sin Vox. Sin embargo, hay aún margen para la duda. Sobre todo, a la hora de pensar si ambos partidos podrán conformar una mayoría suficiente para formar gobierno.
No es lo mismo una victoria númerica en las urnas que una victoria parlamentaria y, a la hora de conformar alianzas en el Congreso, el partido de Feijóo tiene menos posibilidades de encontrar socios que le otorguen la investidura.
P: Esta campaña se ha caracterizado por unos aspectos que han superado todas las éticas. ¿Qué lectura tiene usted sobre estas actitudes, especialmente en el tema de las pancartas contra Sánchez?
R: Creo que ha sido, probablemente, la campaña más sucia jamás vivida en España, por parte de la oposición.
Soy demócrata, creo que el papel de la oposición es fundamental en un Estado de derecho y he echado de menos que durante el mandato de Pedro Sánchez en La Moncloa, desde el PP haya puesto sobre la mesa medidas alternativas, fiables y sensatas a la política gubernamental, que no siempre ha acertado. Sin embargo y especialmente a partir del confinamiento provocado por el COVID-19, esa función se ha limitado al insulto, a la caricatura, a artimañas de comunicación —se le llamaba Presidente a Casado o a Feijóo y al verdadero presidente, se le llamaba simplemente Sánchez–, un festival de trolls, bots y haters en las redes sociales, la consagración de la mentira o de la vileza, como lo ha definido Antonio Muñoz Molina en un brillante artículo.
Hemos vivido, antes de la campaña, una oposición no sólo al presidente Sánchez y a su gobierno dentro de nuestro país, sino a la posición de España ante las instituciones comunitarias. Ahora, en vísperas electorales, esa espiral se ha incrementado con algunos añadidos, como la utilización descarada de datos falsos, pero dichos y repetidos con la misma convicción de quien predica un dogma de fe.
Sea cual sea el resultado del 23-J, este proceso ha erosionado los cimientos de nuestra democracia. Y esa es la peor noticia que un periodista español puede dar.
P: En el tema de las relaciones con Marruecos, ¿cree usted que el PP revisará la posición de Sánchez sobre el Sáhara o piensa que es una decisión de Estado que supera cualquier batalla electoral?
R: Soy de la opinión que el cambio de postura respecto al Sáhara, en las circunstancias en que se dieron, ha sido «una equivocación para todas las partes». Entiendo que hay que seguir la ruta marcada por Naciones Unidas, en sus resoluciones respecto al contencioso.
La sospecha de que haya existido cualquier tipo de presión al respecto por el extraño caso del espionaje de Pegasus no deja bien parada ante la opinión pública ni la postura de Rabat, que yo «la discuto pero la comprendo«, ni la de Madrid, inexplicable porque el Gobierno no la ha explicado suficientemente.
No creo que el Partido Popular, en caso de gobernar, vaya a variar la actual postura del Estado español al respecto. Pero, ¿qué quiere que le diga? En el año 2000, acompañé como periodista a la comitiva de José María Aznar en su viaje oficial a Marruecos, cuando comenzaba su segundo mandato. Todo fueron parabienes, besos y abrazos durante aquel periplo, pero dos años después tenía lugar la pintoresca guerra por el islote del Perejil. La política y la diplomacia son imprevisibles. Por eso, quizá, nos gustan tanto.
Para España, es «fundamental sustanciar una línea sólida de relaciones con Marruecos«, pero no a cualquier precio. Sin embargo, hay otros dos factores en liza que pueden condicionar estas relaciones: el Sahel y Argelia. Por no hablar de la inmigración.
17-07-2023









