Rabat acaba de recibir el primer vuelo de British Airways, un hecho que marca más que una simple conexión aérea: es una señal concreta del deseo mutuo de Marruecos y el Reino Unido de reforzar sus vínculos en un periodo donde la movilidad internacional se redefine.
El nuevo enlace directo entre las capitales de ambos reinos —operado con aviones Airbus A320 y con dos frecuencias semanales, cada miércoles y domingo— consolida una estrategia de apertura y de posicionamiento turístico que busca diversificar los flujos hacia y desde Marruecos.
Hasta la llegada de British Airways, los viajeros entre Londres y Rabat dependían de otras compañías que operaban desde aeropuertos londinenses distintos, sin una conexión directa de la aerolínea británica desde su principal base. La entrada de British Airways en este trayecto eleva la competencia y, sobre todo, ofrece a la capital marroquí una vitrina de visibilidad en el mercado británico.
Las autoridades turísticas marroquíes confían en que esta ruta contribuya al crecimiento del sector, especialmente en un momento en que Marruecos busca atraer un perfil de visitante más variado: profesionales, turistas culturales y viajeros de fin de semana. Al mismo tiempo, facilitará el movimiento de las diásporas y reforzará las conexiones empresariales entre ambas naciones.
Más allá del despegue inaugural, este vuelo simboliza una tendencia: la de dos países que, sin grandes declaraciones, confirman su voluntad de acercarse mediante gestos concretos y sostenibles.
En el fondo, no se trata solo de unir dos aeropuertos, sino de tender un puente entre dos capitales con pasado diplomático sólido y un futuro común por explorar.
07/11/2025









