La adopción de la Resolución 2797 por el Consejo de Seguridad de la ONU en octubre de 2025 marca un cambio estratégico en el conflicto del Sáhara Occidental. Según el análisis de la Oficina Exterior en Marruecos de la agencia alemana Konrad Adenauer, por primera vez el plan de autonomía marroquí es reconocido explícitamente como la base más viable para una solución política, desplazando la tradicional neutralidad de Naciones Unidas. Este reconocimiento plantea un desafío directo para Europa, que se encuentra en una posición decisiva para influir en la implementación de la resolución, acompañar el proceso y favorecer un diálogo efectivo entre Marruecos y Argelia. El éxito de esta mediación podría consolidar la estabilidad regional y generar un marco duradero de cooperación económica, política y de seguridad en la zona del Magreb.
El informe subraya el papel determinante de Estados Unidos como principal impulsor de la resolución, respaldado por Francia, Reino Unido y España. Este bloque occidental ha creado un entorno favorable para Marruecos, mientras que Argelia, considerada la principal protectora de la Polisario, boicoteó la votación, rechazando el texto que no contempla sus demandas de un referéndum de autodeterminación. Esta falta de participación argelina evidencia que su involucramiento directo en el diálogo es imprescindible para lograr una solución duradera. La resolución, aunque histórica, por sí sola no puede garantizar la paz si las partes vecinales no se comprometen de manera constructiva.
Si bien se menciona que militarmente, Marruecos mantiene una posición fuerte en el Sáhara, la fundación alemana recuerda que la resolución 2797 también implica riesgos donde la otra parte podría percibir la medida como una presión para continuar el conflicto armado. Marruecos podría verse tentado a actuar con más firmeza frente a ataques de la milicia Polisario, aunque probablemente evitará un conflicto abierto mientras la vía diplomática siga siendo prometedora. La combinación de fortaleza militar y respaldo diplomático coloca a Marruecos en una posición estratégica, pero sin la participación activa de Argelia y la aceptación de la población saharaui, la paz duradera seguirá siendo un objetivo pendiente.
En este sentido, el impacto en las relaciones Europa–Marruecos es significativo. Tradicionalmente, la Unión Europea y sus Estados miembros habían mantenido una postura ambivalente sobre el Sáhara: no reconocen legalmente la soberanía de Marruecos, pero lo consideran un socio clave en materia geopolítica, comercial y de seguridad. Ahora la reciente resolución del Consejo de Seguridad, ha reforzado la tendencia europea a apoyar el plan de autonomía como opción de paz.
En el caso particular de Alemania, el informe destaca que tras un conflicto diplomático con Marruecos en 2021/2022, ahora prevalece la seriedad y credibilidad de la propuesta, aunque no la considera la única base para la negociación. Este cambio aumenta la presión sobre otros países europeos para alinearse con la dinámica actual, generando oportunidades para fortalecer la cooperación bilateral en comercio, energía, migración y desarrollo regional.
EL reporte plantea que el desafío europeo será acompañar el proceso de manera constructiva, facilitando la reconciliación entre Marruecos y Argelia mediante medidas de confianza, apertura de corredores humanitarios y promoción de proyectos regionales que incluyan a Argelia como actor clave. La mediación internacional, liderada por la ONU y potencias como Estados Unidos, será crucial para evitar que la resolución quede como un mero gesto simbólico y garantizar que el plan de autonomía se traduzca en resultados concretos. La integración regional y la estabilidad del Magreb dependen de que los países europeos ejerzan su influencia para incentivar el diálogo y asegurar la implementación efectiva de la resolución.
La Fundación afirma que la resolución 2797 ofrece una oportunidad histórica para la integración y estabilidad del Magreb, donde Europa debería asumir un rol central, no solo como observador, sino como mediador activo capaz de garantizar que los beneficios de la resolución se traduzcan en seguridad, desarrollo económico y paz duradera. De forma tal que si se logra articular un proceso inclusivo y sostenible, que combine la fortaleza diplomática de Marruecos, la participación activa de Argelia y la mediación europea, la región podría avanzar hacia un futuro más estable y cooperativo.
María Angélica Carvajal
07/11/2025









