El Reino de Marruecos acaba de dar un nuevo paso decisivo en su ambiciosa estrategia de transición energética. Bajo la mirada del jefe de Gobierno, Aziz Akhannouch, se firmó en Rabat una convención que redefine la estructura institucional de la producción eléctrica a partir de fuentes renovables y refuerza el compromiso nacional de alcanzar —e incluso superar— el 52% de energía limpia en el mix eléctrico para 2030.
Este acuerdo, firmado entre el Estado, la Agencia Nacional de Gestión Estratégica de las Participaciones Públicas (ANGSPE), la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable (ONEE) y la Agencia Marroquí para la Energía Sostenible (MASEN), marca el inicio de una nueva era de colaboración entre los pilares de la política energética marroquí.
Una arquitectura renovada para un horizonte sostenible
Para Abdellatif Zaghnoun, director general de la ANGSPE, el nuevo marco permitirá acelerar la concreción de proyectos integrados de energías renovables y reforzar la viabilidad económica de las instituciones implicadas. Entre los avances más significativos figura el traspaso a MASEN de todos los activos de generación renovable pertenecientes al ONEE, con excepción de las infraestructuras hidroeléctricas.
Zaghnoun explicó que esta medida no solo racionaliza la gestión del sector, sino que también resuelve antiguos solapamientos institucionales y financieros, lo que facilitará la ejecución de nuevos proyectos hasta alcanzar una capacidad instalada de 6.000 megavatios, triplicando la meta fijada en acuerdos anteriores.
Energía limpia como motor de competitividad
Por su parte, Tarik Hamane, director general del ONEE, insistió en que la convención redefine la cooperación entre las entidades públicas y refuerza el marco jurídico y técnico para desarrollar proyectos eólicos, solares e hidráulicos. La meta es consolidar el liderazgo del Reino en energías limpias y afianzar la descarbonización como vector de competitividad industrial y económica.
“Este acuerdo ofrece las bases para ir más allá de los objetivos fijados, impulsando no solo la transición energética, sino también la transformación estructural de la economía nacional”, afirmó Hamane.
MASEN: eficiencia, rapidez y beneficio ciudadano
Desde MASEN, su presidente y director general, Tarik Moufaddal, destacó el impacto operativo de la convención: acortar los plazos de entrega de los proyectos y garantizar una electricidad verde en las mejores condiciones técnicas y de coste. “El ciudadano marroquí debe ser el primer beneficiario de esta energía limpia y competitiva”, subrayó.
Moufaddal explicó que optimizar la producción energética significa liberar recursos para reinvertir en desarrollo local, además de fortalecer la posición de Marruecos como exportador de energía verde hacia Europa y África.
Un modelo regional de gobernanza energética
La convención firmada este lunes reemplaza el acuerdo de 2010, hoy superado por la ampliación del mandato de MASEN, que ya no se limita a la energía solar, sino que abarca todas las fuentes renovables. El texto actual pone en marcha un mecanismo de reequilibrio financiero entre el ONEE y MASEN, garantizando la estabilidad de sus modelos económicos y su complementariedad estratégica.
En el contexto global de crisis energética y urgencia climática, Marruecos apuesta por una visión de largo plazo basada en tres ejes: innovación, soberanía energética y sostenibilidad. “Este no es solo un acuerdo técnico, sino una apuesta política por el futuro”, comentó una fuente gubernamental presente en la ceremonia.
El país avanza así hacia un horizonte donde la energía limpia deja de ser un ideal y se convierte en política de Estado, anclada en resultados tangibles. Marruecos no solo quiere producir electricidad verde; quiere electrificar su futuro con inteligencia, eficiencia y orgullo nacional.
05/11/2025









