El pulso por la igualdad de género en la banca africana se acelera. En un continente donde las mujeres constituyen la mitad de la fuerza laboral del sector financiero, su presencia en los espacios donde se toman las decisiones sigue siendo una rara excepción. Este contraste entre participación y poder fue el eje del debate en el 5º Africa Financial Summit (AFIS), celebrado en Casablanca, donde la conversación adquirió un tono más de diagnóstico estructural que de retórica inspiracional.
Samira Khamlichi, presidenta del Club des Femmes Administrateurs (CFA) de Marruecos, no dejó lugar a eufemismos: sin leyes que obliguen a la paridad y sin una transparencia real en las remuneraciones, la representación femenina en los órganos directivos seguirá siendo un espejismo. Según ella, el desafío no es de talento –las mujeres abundan en los niveles intermedios del sector bancario– sino de estructura, cultura y confianza. “El acceso al poder requiere mecanismos legales, pero también un cambio de mentalidad”, resumió ante un auditorio mayoritariamente mixto, aunque aún dominado por trajes oscuros.
El gran ausente, según muchos participantes, es la equidad salarial. La brecha se amplía con el paso del tiempo: los periodos de maternidad, las interrupciones profesionales y la persistencia de sesgos institucionales afectan directamente el ritmo de ascenso y la percepción de compromiso. Khamlichi propuso extender las medidas de paridad también a los comités ejecutivos, los verdaderos núcleos de poder financiero, donde las decisiones sobre inversión, riesgo y estrategia se concentran.
A su vez, Souad El Hamdi, socia en Forvis Mazars, aportó una cifra que heló la sala: aunque el 50% del personal bancario africano son mujeres, solo entre el 25 y el 30% ocupa cargos de dirección. Y, como recordatorio para los escépticos, subrayó que las empresas con consejos de administración diversos registran mejor rentabilidad, puntuaciones ESG más altas y una mayor capacidad de innovación. No se trata solo de justicia social, sino de eficacia económica.
El Hamdi identificó tres líneas de acción: igualdad salarial, progresión profesional y retención del talento femenino. En una industria caracterizada por la volatilidad, retener a las mejores mentes requiere más que campañas publicitarias: exige políticas de transparencia, evaluación objetiva del desempeño y un liderazgo alineado con los valores de inclusión.
El AFIS, organizado por Jeune Afrique Media Group con el apoyo de la International Finance Corporation (IFC) y varias instituciones financieras africanas, se consolida así como una de las plataformas más influyentes para debatir la soberanía financiera del continente. Más de mil doscientos líderes financieros, desde banqueros y aseguradores hasta innovadores fintech y reguladores, se han congregado en Casablanca bajo un lema que resuena con ambición continental: “Nuestro capital, nuestra fuerza”.
Detrás de esa consigna se esconde una convicción cada vez más compartida: el futuro de la economía africana no se medirá solo en PIB o inversiones, sino también en la capacidad de integrar el talento femenino en la toma de decisiones. Porque en finanzas, como en la vida, la paridad no es una cuestión de moda: es cuestión de equilibrio, rendimiento y justicia.
04/11/2025






 
 

