Desde Rabat, entre estudiantes y profesores de estudios hispánicos y ecos de dos océanos culturales, el profesor chileno Eduardo Devés-Valdés, investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, propuso un ejercicio de reconocimiento y convergencia.
En su conferencia “El ensayo de ideas en América Latina durante el siglo XXI”, organizada por el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad Mohammed V y con la presencia del embajador de Chile, Alberto Rodríguez, el académico exploró cómo el pensamiento latinoamericano se proyecta más allá de su geografía, encontrando resonancias en Marruecos y en el continente africano.
“El ensayo ha sido una forma muy importante de expresión del pensamiento latinoamericano, es el género literario más popular desde el siglo XVIII, y el mexicano Octavio Paz su principal expositor”, recordó Devés-Valdés, reivindicando al ensayo como un espejo de las ideologías, preocupaciones y rutas de las sociedades. Su intervención recorrió más de dos décadas de producción intelectual, de 1999 a 2025, un periodo en el que las letras del continente tratan de nuevo de contestar a las preguntas esenciales: ¿quiénes somos?, ¿qué modelos de desarrollo queremos?, ¿qué tipo de humanidad proyectamos desde América Latina?
El profesor señaló tres grandes polos de producción de pensamiento en la región: Buenos Aires, Ciudad de México y São Paulo, que hoy concentran buena parte del debate académico y cultural. Sin embargo, insistió en que “no toda actividad intelectual que se produce se puede considerar pensamiento latinoamericano”, porque para serlo debe interrogar su propia realidad. Este pensamiento, afirmó, no busca copiar modelos, sino preguntarse por la identidad, la autonomía y el sentido de lo propio.
A partir de ese enfoque, Devés-Valdés introdujo la idea la de un “pensamiento periférico interregional” que conecta América Latina, África y otras regiones del mundo. “Contrario a lo que se creía en Europa,dijo, las regiones periféricas y semiperiféricas sí tienen puntos en común. Desde la expansión europea del siglo XV hasta hoy, existe una similitud básica: la defensa ante la invasión y la recuperación de la agencia propia, que hermana a más del 90% del pensamiento del mundo.” Esa resistencia compartida, explicó, genera dos corrientes: una que intenta parecerse al centro europeo para emanciparse de él, y otra, identitaria, que busca afirmarse desde lo propio.
El ensayo latinoamericano contemporáneo, en ese sentido, se puede agrupar, según el expositor, en cuatro grandes líneas temáticas. La primera, la de la identidad y la cultura, heredera de la tradición de los siglos XIX y XX, sigue preguntándose por la esencia de lo latinoamericano. Entre los autores actuales mencionó a Beatriz Sarlo (Argentina), Antonio Benítez Rojo (Cuba), Roberto DaMatta (Brasil), Mayra Santos-Febres (Puerto Rico), Jorge Volpi (México), Carlos Granés (Colombia) y Víctor Vich (Perú). La segunda línea, centrada en política, Estado, violencia y narcotráfico, retoma los legados de Domingo Faustino Sarmiento y José Martí, pero desde nuevas miradas como las de Cristina Rivera Garza, autora de “Dolerse: textos desde un país herido” (2011), o el sociólogo brasileño Jesse Souza, quien aborda las desigualdades y el clasismo estructural.
Una tercera línea explora los cuerpos, la racialidad, el género y la sexualidad, con voces como Sueli Carneiro, Rita Segato, Diamela Eltit y la propia Rivera Garza, que desplazan la mirada del “otro” hacia la vivencia propia: los cuerpos vulnerados, las tensiones cotidianas y la lucha por la dignidad. Finalmente, el cuarto grupo aborda la educación, la ciencia, la tecnología y el porvenir, donde se reflexiona sobre lo esencial frente a lo accesorio en la construcción del conocimiento contemporáneo.
En su visión, la tarea ahora es tender puentes hacia el Sur, hacia África, hacia Marruecos. “Hay un apetito de contactos Sur-Sur”, afirmó Devés-Valdés, convencido de que el diálogo intelectual puede ensanchar horizontes de comprensión mutua. Le sorprendió “la inmensa cantidad de estudios del español que hay en Marruecos, la gente que trabaja temas de América Latina y su cultura”. En ese contexto, el académico chileno ve una oportunidad única: “Se pueden hacer muchas cosas acá, mucho más que en otro país africano o asiático. Debe ser un foco de atención y cultivo para acercar más a nuestras regiones”.
Con una mezcla de admiración y autocrítica, el profesor confesó que los marroquíes “saben más de nosotros que nosotros de ustedes”, aludiendo a un interés que en América Latina no siempre es recíproco. Por ello, propone revertir esa asimetría a través del conocimiento y la presencia directa: “No se hace contacto solo por email o leyendo, es necesario visitar los lugares”. Y aunque muchos latinoamericanos prefieren viajar a Madrid antes que a Rabat, Devés-Valdés insiste en que el futuro del pensamiento global se juega también en los márgenes, allí donde las culturas periféricas encuentran en su diversidad una nueva forma de centralidad.
De esta manera y desde las aulas marroquíes, la voz de un profesor chileno invita a repensar la historia compartida y a imaginar un nuevo mapa del pensamiento, uno donde el Atlántico Sur no sea frontera, sino espejo y una pasarela de corrientes compartidas.
04/11/2025
María Angélica Carvajal









