El ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, realizará una visita oficial a China los días 19 y 20 de septiembre de 2025, por invitación de Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista Chino.
Según informó un portavoz de la diplomacia china, el viaje se inscribe en la dinámica ascendente que caracteriza las relaciones entre Rabat y Pekín, con el objetivo de profundizar una asociación estratégica establecida en la última década y que se ha consolidado como un eje de referencia en la proyección internacional de Marruecos.
Una visita con fuerte trasfondo diplomático
El calendario de la misión de Bourita no es casual. Llega pocas semanas antes de la sesión de octubre del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se abordará la cuestión del Sáhara y se publicará el informe periódico sobre el terreno. En este contexto, el papel de China adquiere especial relevancia como miembro permanente del Consejo, junto a Estados Unidos, Reino Unido y Francia —países que apoyan oficialmente el plan de autonomía marroquí para el Sáhara— además de Rusia. La articulación de la posición china en este debate es, por tanto, estratégica para Rabat.
Expansión económica y consolidación de inversiones
En el plano económico, las relaciones bilaterales han experimentado un crecimiento notable. Entre enero y julio de 2025, el volumen de intercambios alcanzó los 60.000 millones de dirhams, un aumento del 19% respecto al mismo periodo del año anterior. Este dinamismo refleja un interés mutuo en diversificar la cooperación en sectores clave como la industria, las energías renovables, la tecnología y las infraestructuras.
China se ha consolidado como el tercer mayor inversor extranjero en Marruecos, con inversiones extranjeras directas netas que superaron los 2.000 millones de dólares en 2024. Este dato no solo ilustra la solidez de la relación económica, sino también la confianza de Pekín en Marruecos como plataforma privilegiada hacia África, en un momento en que el Reino busca afianzar su autonomía industrial y energética.
Una relación con proyección estratégica
La actual dinámica bilateral encuentra su raíz en la visita oficial del Rey Mohammed VI a China en mayo de 2016, que se saldó con la firma de un comunicado conjunto y el establecimiento formal de una asociación estratégica. Desde entonces, los vínculos marroquí-chinos han mantenido un impulso creciente que ha trascendido lo económico para abarcar también la cooperación política y cultural, con una convergencia cada vez más visible en cuestiones regionales e internacionales.
En este sentido, la visita de Bourita a Pekín se proyecta no solo como una reafirmación de la cooperación bilateral, sino también como un movimiento táctico dentro de la diplomacia marroquí en vísperas de un momento crucial en Naciones Unidas.
17/09/2025