El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que los aranceles previamente suspendidos sobre México y Canadá comenzarán a aplicarse el próximo 4 de marzo. Además, el mandatario ha decidido imponer un nuevo gravamen del 10% a China a partir de la misma fecha, extendiendo los aranceles que ya había implementado el mes pasado.
Los aranceles a los países vecinos serán del 25%, con una tasa adicional del 10% para la energía canadiense. Estas medidas, que se habían pospuesto por un mes mientras se negociaba con los países vecinos pero desde la Casa Blanca se indica su reactivación al no lograr un acuerdo satisfactorio.
En su anuncio a través de la red social Truth, Trump justificó sus acciones argumentando que las drogas siguen llegando a Estados Unidos desde México y Canadá en cantidades inaceptables. “No podemos permitir que este problema siga dañando a EE.UU. y, por lo tanto, hasta que se detenga o se limite seriamente, los aranceles propuestos entrarán en vigor como estaba previsto». Igualmente, Trump confirmó que China también será objeto de un arancel adicional del 10% y que el arancel recíproco que afectaría a Europa en abril sigue en pie.
Este anuncio ha generado preocupaciones y ha sido calificado por analistas internacionales como una «verdadera guerra comercial» entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales. Este anuncio impactó la cotización de monedas en el mundo, el euro y el dólar canadiense han experimentado una caída de medio punto, mientras que el peso mexicano retrocedió en tres décimas.
La decisión de reactivar los aranceles llega después de que, a principios de febrero, Trump suspendiera temporalmente su implementación tras conversaciones con los líderes de México y Canadá. Ambas naciones se comprometieron a reforzar sus fronteras con 10.000 efectivos para frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas.
Según el Brookings Institution, se estima que los aranceles estadounidenses del 25% podrían reducir el crecimiento económico de Canadá y México en alrededor de 1,15%, cifra que podría superar los 3 puntos si ambos países responden con aranceles similares.
El impacto económico sería para todos los involucrados. En este sentido, la industria automotriz estadounidense reafirma su oposición ya que depende de una cadena de suministro que atraviesa las fronteras de los tres países. Las fábricas estadounidenses, que trabajan con piezas importadas desde México y Canadá, podrían verse obligadas a cerrar de inmediato si se aplican los gravámenes. Una situación similar reportan las refinerías de petróleo en EE.UU., que dependen en gran medida del crudo canadiense y se enfrentarían a un aumento significativo en los precios de la gasolina.
Cabe recodar que ya China respondió a los primeros aranceles de Trumo con un 15% sobre el carbón y el gas natural licuado (GNL) y del 10% sobre el petróleo; así como con una investigación contra Google, sin embargo la lluvia de aranceles podría apenas estar comenzando. Pues Trump lanzó amenazas contra Venezuela, asegurando que retirará la licencia a Chevron, el principal productor de crudo en el país, y contra la Unión Europea, advirtiendo que impondrá aranceles del 25% a todos los productos de la eurozona. Según el presidente estadounidense, la UE fue creada con el fin de perjudicar a EE.UU., y los nuevos aranceles se anunciarán «muy pronto».
A inicios de febrero, Estados Unidos implementó aranceles al acero y al aluminio y está considerando gravámenes adicionales del 25% a los automóviles, semiconductores y productos farmacéuticos. Estos sectores, particularmente los automóviles y medicamentos, tienen una presencia significativa en el mercado estadounidense, lo que podría intensificar aún más las tensiones comerciales a nivel global.
María Angélica Carvajal
27/02/2025