La economía de África subsahariana se prevé que experimente un repunte, alcanzando un crecimiento del 3,4% en 2024 y del 3,8% en 2025, según la última edición de Africa’s Pulse publicada por el Banco Mundial. Este incremento se atribuye a un aumento del consumo privado y a una disminución de la inflación.
Sin embargo, la recuperación se considera frágil debido a incertidumbres en el panorama económico global, la carga creciente del servicio de la deuda, desastres naturales frecuentes y un aumento en los conflictos y la violencia.

A pesar de estas previsiones de aceleración, el ritmo de crecimiento económico de la región aún se mantiene por debajo de los niveles observados en la década anterior (2000-2014) y no es suficiente para impactar significativamente en la reducción de la pobreza.
El Banco Mundial enfatiza la necesidad de implementar políticas transformadoras que aborden las profundas desigualdades, las cuales impiden que África subsahariana alcance un crecimiento sostenido a largo plazo y una reducción efectiva de la pobreza.
Se espera que el crecimiento de la inversión sea moderado debido a la previsión de que los tipos de interés se mantengan altos mientras las políticas de ajuste fiscal limiten el aumento del consumo público. Además, se anticipa que el aporte de la economía mundial al crecimiento de África será modesto. En cuanto a la inflación, se proyecta que disminuya de un 7,1% en 2023 a un 5,1% en 2024, gracias a la normalización de las cadenas de suministro globales, la reducción de los precios de las materias primas y los efectos de políticas monetarias y fiscales más estrictas.
A pesar de estos desafíos, existen señales de una posible recuperación económica robusta, impulsada por una reciente fortaleza en la actividad económica de Estados Unidos y una disminución de la inflación. No obstante, África subsahariana sigue siendo una de las regiones con mayor desigualdad de ingresos, solo superada por América Latina y el Caribe.
8/4/2024