
Después de la visita de Pedro Sánchez a Marruecos el 21 de febrero, las tensiones entre España y Argelia han resurgido, sugiriendo un retroceso en sus relaciones.
Según fuentes gubernamentales argelinas citadas por un medio español, «critican la respuesta de Sánchez a los intentos de acercamiento argelinos, especialmente en lo que respecta al apoyo continuado al plan de autonomía marroquí para el Sáhara». Esta postura invariable de España ha generado frustración en Argel, que ahora advierte que no habrá más concesiones ni gestos de buena voluntad por su parte.
La amenaza de reimponer sanciones económicas a empresas españolas es una señal clara de la seriedad de su postura, agrega la misma fuente.
Este nuevo desencuentro entre España y Argelia trae reminiscencias de las tensiones ocurridas en marzo de 2022. Aunque Argelia había mostrado una apertura al designar un nuevo embajador en Madrid y levantar las sanciones económicas, esperaba una respuesta positiva por parte de España en el tema del Sáhara. Sin embargo, la reafirmación del apoyo español al plan marroquí ha sido interpretada como una «traición» por parte de Argelia, lo que ha sumido las relaciones bilaterales en una fase de «paz fría».
La cancelación de la visita del ministro español de Asuntos Exteriores a Argel ha exacerbado aún más las tensiones. Según fuentes del gobierno argelino, siempre citadas por el mismo medio español, hay un sentimiento de doble traición, ya que creían que España retornaría a su posición de neutralidad tradicional en el conflicto. En lugar de eso, el respaldo continuo de España a Marruecos ha sido percibido como un cambio significativo en su postura, lo que ha dejado a Argelia sintiéndose abandonada por España.
29-02-2024