
En Túnez, el año 2023 ha sido testigo de una agitación política marcada por enfrentamientos entre las autoridades y la oposición. La ola de detenciones sin precedentes ha afectado a decenas de figuras políticas, incluido el líder de la oposición islámica, Rached Ghannouchi.
Las acusaciones van desde conspiración contra la seguridad interna del Estado hasta desobediencia militar.
La campaña de arrestos ha generado una intensa guerra mediática por parte de la Liga de Defensa de los Detenidos, que busca destacar las presuntas irregularidades y maltratos a los detenidos. Las últimas sentencias, como la de Chaima Issa, opositora tunecina condenada por incitar a los militares a la desobediencia, han aumentado la tensión.
Analistas políticos tunecinos consideran el 2023 como el año de las detenciones políticas por excelencia. Kamel Ben Younes, experto en estudios estratégicos, señala que estas detenciones han llevado al margen a los principales partidos, debilitando tanto a la oposición como a sindicatos, lo que ha alterado significativamente el escenario político y mediático del país.
Las autoridades tunecinas parecen abordar con cautela los casos de los líderes políticos detenidos, indicando una posible voluntad política de no apresurarse en tomar decisiones.
En medio de estas detenciones, persiste una tensión política palpable. Las autoridades interpretan los arrestos como sospechosos de posibles conspiraciones contra la seguridad del Estado, mientras que la mayoría de los líderes de la oposición, sindicatos y organizaciones civiles rechazan enérgicamente las acusaciones.
22-12-2023