El eco del arte, la literatura y el diálogo intercultural que define a la ciudad marroquí de Asilah ha recibido un reconocimiento de dimensión árabe. La Fundación Foro de Asilah ha sido galardonada con el Premio Sultán Qaboos de Cultura, Artes y Letras en su duodécima edición, dentro de la categoría de instituciones culturales privadas. El anuncio, realizado en Mascate por el Centro Internacional Sultán Qaboos de Cultura y Ciencias, consagra la trayectoria de más de cuatro décadas de labor ininterrumpida en favor de la creación, la tolerancia y la puesta en valor del espacio público como motor de desarrollo humano.
Para Hatem El Batioui, secretario general de la Fundación, la noticia supuso una sorpresa “inmensa y gratificante”. En sus palabras, el premio representa “una legítima recompensa a un recorrido que ha transformado la cultura en un puente de encuentro y en una herramienta de cohesión social”. La distinción, añadió, es también un reconocimiento compartido al liderazgo de Marruecos y al impulso modernizador que promueve el rey Mohamed VI en materia cultural.
El Batioui subrayó que la distinción otorgada por Omán tiene un valor simbólico particular: “Como árabes, nos emociona que este reconocimiento provenga de un país hermano que comparte con nosotros la fe en la cultura como vía para el entendimiento”. La alegría del premio, aseguró, llega acompañada de una nueva responsabilidad: mantener vivo el espíritu de continuidad y la visión de su fundador, Mohamed Benaïssa, quien convirtió un pequeño puerto atlántico en un espacio universal de pensamiento, arte y convivencia.
Desde su creación a finales de los años setenta, el Foro de Asilah ha trascendido fronteras al albergar cada verano uno de los encuentros culturales más longevos del mundo árabe. Su modelo combina exposiciones, debates, talleres juveniles y programas de arte urbano que transforman literalmente la fisonomía de la ciudad. Sus murales, pintados por artistas de todos los continentes, son la huella visible de un proyecto que nunca se ha limitado al espectáculo: han hecho del patrimonio un agente vivo de identidad y progreso.
La Fundación ha sostenido su prestigio sobre dos principios claros: la continuidad y la apertura. A lo largo de cuatro décadas, Asilah ha mantenido el diálogo entre tradición y modernidad, entre lo local y lo global, demostrando que una comunidad pequeña puede irradiar grandes ideas. Allí, la cultura se ha entendido siempre como un bien público y como un aprendizaje ciudadano. “El arte no es adorno ni entretenimiento —recordó El Batioui—; es una forma de construir humanidad.”
El homenaje del Sultanato de Omán llega, pues, como validación de un modelo que ha convertido el intercambio cultural en una forma de diplomacia civil. En tiempos en que la cultura suele quedar relegada o instrumentalizada, el Foro de Asilah ha demostrado que persistir, innovar y creer en la palabra, la música o el color puede ser una forma profunda de política.
El premio no solo honra la historia del Foro: lo proyecta hacia el futuro. Respaldado ahora por un reconocimiento panárabe de prestigio, el equipo de Asilah pretende reforzar sus colaboraciones internacionales y ampliar su trabajo educativo con jóvenes creadores. “La cultura —dijo El Batioui— no es un lujo; es el cimiento sobre el que se levantan las sociedades que creen en sí mismas.”
Cuatro décadas después de su primera edición, Asilah confirma una verdad sencilla y luminosa: cuando el arte se hace con constancia y convicción, puede convertir una ciudad costera en metáfora de todo un país.
12/11/2025









