En el marco de la 80ª Asamblea General de Naciones Unidas, el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, reafirmó en Nueva York el compromiso estratégico de Marruecos con el desarrollo de la conectividad en África. Su intervención se produjo en un evento paralelo de alto nivel organizado conjuntamente por el Reino de Marruecos, la Comisión Económica de la ONU para África (CEA) y la Oficina de Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur.
Conectividad como motor de soberanía e integración
Bourita defendió la idea de que la conectividad no es solo una herramienta técnica, sino un “motor indispensable” de la transformación africana. Según explicó, la interconexión de infraestructuras —ya sea en transporte, energía o telecomunicaciones— es condición esencial para la integración de los mercados, la construcción de cadenas de valor continentales y la consolidación de la soberanía de los Estados africanos.
El ministro, sin embargo, advirtió sobre la brecha persistente entre las aspiraciones del continente y la realidad actual: más de 600 millones de africanos carecen de acceso a la electricidad, apenas el 17 % del comercio africano se produce entre países del continente, y solo siete Estados disponen de redes ferroviarias transfronterizas operativas.
La visión marroquí: de logros nacionales a proyectos continentales
En este marco, Marruecos ha construido en los últimos años un modelo que combina la modernización de sus infraestructuras nacionales con una proyección continental. Bourita citó como ejemplos emblemáticos el puerto Tánger Med, considerado el mayor hub de contenedores de África, el desarrollo de Nador West Med, el futuro puerto Dajla Atlántico, así como el tren de alta velocidad y las interconexiones eléctricas y digitales.
Estos avances, subrayó, no se conciben como fines exclusivamente nacionales, sino como parte de un proyecto más amplio que busca enlazar al Reino con el resto del continente. En este contexto se inscriben iniciativas estratégicas como la Iniciativa Real para garantizar a los Estados del Sahel un acceso directo al Atlántico y el Gasoducto África-Atlántico, concebido para transformar el mapa energético regional.
Diplomacia africana y liderazgo atlántico
La diplomacia marroquí impulsa además marcos de concertación política como el Proceso de los Estados Africanos Ribereños del Atlántico, que ya reúne a 23 países en torno a una agenda compartida de seguridad, estabilidad y prosperidad. Esta plataforma refuerza la ambición de Marruecos de consolidarse como actor central en la gobernanza atlántica africana.
Con esto, el mensaje de Bourita en Nueva York refleja una doble lectura: por un lado, la constatación de las carencias estructurales que aún obstaculizan la integración africana; por otro, la voluntad de Marruecos de proyectar sus logros nacionales hacia una estrategia continental. En un momento en que África busca afirmarse como polo emergente en la economía mundial, la conectividad aparece no solo como un desafío técnico, sino como una cuestión de soberanía, paz y cohesión continental.
26/09/2025
Abdelhalim ELAMRAOUI