La costa caribeña colombiana fue escenario de un encuentro donde la geopolítica se mezcló con los acentos múltiples del Sur global. En el marco del 2º Foro de Parlamentarios de África, Europa, América Latina y el Caribe y del 4º Foro “MENA–Latina”, legisladores de cuatro continentes emitieron una declaración conjunta en la que expresaron un respaldo claro y contundente a la iniciativa marroquí de autonomía para el Sáhara, considerada como “la única base viable, seria y creíble” para alcanzar una solución política estable y duradera al diferendo regional, dentro del pleno respeto a la soberanía e integridad territorial del Reino.
El encuentro no se limitó a cuestiones territoriales. Los parlamentarios también pusieron en valor la Iniciativa Real Atlántica, que busca transformar al espacio atlántico africano en un eje de cooperación y desarrollo, abriendo al Sahel un acceso estratégico al océano. Según remarcaron, este esquema innovador de integración regional convierte a América Latina en un socio natural de África atlántica, reforzando un tejido de alianzas Sur-Sur que va más allá de los discursos y se proyecta hacia la acción concreta.
Solidaridad global: de Palestina al cambio climático
La declaración final no eludió las urgencias internacionales: condenó la violencia que afecta al pueblo palestino y exigió un cese al fuego inmediato como paso esencial hacia la paz justa y duradera. Paralelamente, celebró la postura de 158 Estados miembros de la ONU que defienden los derechos inalienables de los palestinos y la primacía de la legalidad internacional.
En una línea más amplia, los representantes reafirmaron el principio de integridad territorial como piedra angular del derecho internacional, y renovaron su compromiso con los derechos humanos, la igualdad de género, la diversidad cultural y la libertad de expresión y asociación. Lo expresaron con firmeza: no hay integración posible sin justicia social y sin erradicar todas las formas de discriminación.
Migración, clima y desarrollo: un tríptico de urgencias
Uno de los puntos que ocupó la agenda fue la migración. Los parlamentarios defendieron la necesidad de una política migratoria humanista y solidaria, basada en derechos, cooperación internacional y lucha contra el crimen transnacional, evitando la criminalización de quienes migran.
El cambio climático, por su parte, estuvo en el corazón de las propuestas. Se planteó la creación de un fondo internacional de justicia climática para apoyar a los países del Sur en su adaptación ante sequías, desertificación y escasez de agua. Más aún, se propuso una transformación profunda de los sistemas agrícolas y alimentarios mundiales, con el objetivo de garantizar soberanía alimentaria, reducir desigualdades y abrir oportunidades a jóvenes y mujeres mediante políticas innovadoras y ambiciosas inversiones públicas.
Diplomacia parlamentaria y reforma del multilateralismo
El foro destacó la diplomacia parlamentaria como herramienta decisiva para acercar pueblos, tejer vínculos económicos y culturales, y avanzar hacia un desarrollo compartido e inclusivo. Pero la reflexión fue más lejos: los parlamentarios insistieron en la urgencia de repensar el sistema multilateral, para que las instituciones internacionales encarnen un orden más justo, democrático e inclusivo, capaz de sostener una paz global duradera.
En Barranquilla, se respiró el espíritu del Sur en movimiento: un mosaico de voces que, desde orillas distintas del Atlántico, repite una misma demanda: hacer de la cooperación no un ritual diplomático, sino un acto tangible de soberanía compartida, equidad y futuro.
26/09/2025