La necrópolis de Chellah, con sus muros medievales cargados de historia, fue testigo anoche de un espectáculo poco común: cientos de drones, dibujando en el aire formas luminosas que parecían invocar tanto la herencia milenaria del Marruecos antiguo como el pulso tecnológico del presente. Así arrancó en Rabat una nueva edición de Nostalgia, una experiencia artística que fusiona arqueología y vanguardia digital.
Lejos de ser un simple despliegue de luces, el evento transformó el espacio arqueológico en un verdadero relato visual. En el firmamento, figuras dinámicas recrearon escenas inspiradas en las dinastías pasadas, especialmente la era merínida, y evocaron la riqueza patrimonial de Rabat y Salé. Todo ello estuvo acompañado por una narración envolvente y una composición sonora que convirtió el cielo en una especie de crónica viva, donde la tecnología se volvió cómplice de la memoria.
El ministro de Juventud, Cultura y Comunicación, Mohamed Mehdi Bensaid, subrayó durante su intervención que Nostalgia no es solo un espectáculo, sino también un proyecto cultural estratégico iniciado en 2021. La propuesta, dijo, busca innovar en la manera de presentar los monumentos nacionales, abrir nuevas vías para la industria cultural marroquí y, de paso, seducir a las generaciones más jóvenes, que encuentran en este lenguaje tecnológico un puente hacia su propio pasado colectivo.
Más allá del fulgor estético, el espectáculo implica también un ecosistema económico. Según el ministro, pequeñas y medianas empresas locales han desempeñado un papel decisivo en la producción y ejecución técnica, lo que convierte a Nostalgia en una vitrina no solo del patrimonio histórico, sino de la capacidad creativa de emprendedores marroquíes que apuestan por la innovación cultural.
El programa continuará hasta el 28 de septiembre en Chellah, prolongando una atmósfera que, entre música y coreografías de luces, invita a pensar en la cultura como un espacio donde el pasado no se queda anclado, sino que reluce con nuevas formas. Al final, lo que queda grabado en la memoria del público no es únicamente la destreza de los drones, sino la certeza de estar en un país que redibuja su identidad con hilos de historia y destellos de futuro.
Un viaje entre ruinas y estrellas, que confirma a Marruecos como tierra donde la tradición no compite con la innovación, sino que baila con ella en el cielo nocturno.
26/09/2025