En menos de una década, Marruecos ha invertido más de 44.000 millones de dirhams, unos 4,4 mil millones de dólares, en modernizar y expandir su red ferroviaria, convirtiéndose en el único país africano con tren de alta velocidad y en un referente de movilidad sostenible en el continente. Con más de 47 millones de pasajeros transportados en 2024, una red de carga que mueve anualmente 35 millones de toneladas, principalmente fosfatos hacia los puertos, y planes para extender el TGV hasta Marrakech y Agadir, el Reino ha hecho del ferrocarril un motor de competitividad, seguridad y reducción de costos frente al transporte por carretera.
Una conexión eficiente y rápida
Entre 2015 y 2025, Marruecos consolidó una apuesta clara por el ferrocarril como pilar de movilidad interna y competitividad económica internacional. Según los datos oficiales de la Oficina Nacional de Ferrocarriles de Marruecos (ONCF), las inversiones se canalizaron hacia la alta velocidad, la modernización de la red convencional, estaciones de nueva generación y la conexión con puertos estratégicos.
El hito más visible ha sido la inauguración en 2018 del TGV “Al Boraq”, primera línea de alta velocidad de África, que conecta Tánger con Casablanca en apenas 2h10 frente a las 4h45 anteriores. El proyecto supuso una inversión cercana a 23.000 millones de dirhams, incluyendo la línea Tánger–Kenitra y la modernización del tramo Kenitra–Casablanca. Paralelamente, ONCF invirtió 4.000 millones de dirhams en estaciones emblemáticas como Casablanca-Viajeros, Rabat-Agdal, Kenitra y Tánger-Ville, concebidas como nodos de movilidad integrados con centros urbanos y comerciales.
La red convencional recibió 10.000 millones de dirhams en duplicación de vías y electrificación, especialmente en los corredores Kenitra–Fez y Casablanca–Marrakech. En paralelo, el transporte de mercancías, en particular los fosfatos, fue reforzado con 5.000 millones de dirhams en trenes eléctricos y nuevas conexiones con Jorf Lasfar, Safí y Tánger Med. Estos corredores permiten reducir hasta un 30–40% los tiempos de transporte de materias primas hacia los puertos, frente al transporte por carretera, y disminuyen los costos logísticos de la Oficina Jerifiana de Fosfatos (OCP) en varios millones de dirhams anuales.
A esto se suma, que el pasado 24 de septiembre, el rey Mohamed VI inauguró en Casablanca una nueva fase del plan ferroviario nacional, subrayando el rol de la metrópoli como eje central de conexión. Casablanca, principal polo económico del Reino, articula flujos de pasajeros hacia Marrakech, Rabat, Fez y Tánger, y se convierte en el corazón logístico de las mercancías que transitan hacia los puertos.
Sostenibilidad y competitividad
El ferrocarril, también se posiciona como alternativa frente al transporte por carretera, reduciendo accidentes, tiempos de traslado y emisiones contaminantes. El plan energético de ONCF proyecta que toda la red electrificada funcione con energías renovables al 100% antes de 2035, consolidando al sistema ferroviario marroquí como un modelo de movilidad sostenible para la región.
Hacia 2030 y 2040, se espera culminar la extensión del TGV a Marrakech y Agadir, con el proyecto estrella Casablanca–Marrakech–Agadir, estimado en 50.000–60.000 millones de dirhams, y reforzar la interconexión con los grandes puertos atlánticos, incluido el futuro Dajla Atlántico, clave para la integración africana.
Cabe destacar que la reducción de costos logísticos y la rapidez en el acceso a puertos permiten atraer inversiones, dinamizar el turismo y reforzar la posición de Marruecos como plataforma continental. De tal manera, que la combinación de buenos tiempos de traslado, puntualidad, seguridad y conectividad de carga y pasajeros convierte al ferrocarril en un motor directo del crecimiento económico marroquí y en un instrumento estratégico de desarrollo sostenible.
25/09/2025
María Angélica Carvajal