En un panorama económico global que sigue dictando cautela y exige adaptabilidad, Marruecos ha vuelto a situarse bajo el foco de atención con un nuevo informe que, si bien pinta un cuadro predominantemente optimista para su sector manufacturero, no escapa a las complejidades intrínsecas de la modernización económica. El Haut-Commissariat au Plan (HCP) ha revelado que el índice de producción de las industrias manufactureras del Reino, excluyendo el refinado de petróleo, experimentó un robusto crecimiento del 7% en el segundo trimestre de 2025, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Una cifra que, a primera vista, consolida la trayectoria ascendente de un país decidido a cimentar su posición como hub industrial regional.
Este impulso no es, sin embargo, un fenómeno homogéneo, sino el resultado de un mosaico de rendimientos sectoriales. El análisis detallado del HCP nos permite identificar los motores de este avance y, crucialmente, las áreas que enfrentan vientos en contra.
Los catalizadores del crecimiento: una apuesta por la diversificación
La columna vertebral de este crecimiento se encuentra en el notable desempeño de varias ramas industriales. La industria química emerge como un pilar fundamental, con un aumento del 9,3%, reflejando quizás inversiones estratégicas y una creciente demanda interna y externa. A su lado, la fabricación de otros productos minerales no metálicos escaló un impresionante 10,8%, un indicativo de la vitalidad del sector de la construcción y la infraestructura.
No menos significativas son las industrias alimentarias, que aportaron un 9% al incremento general, subrayando la resiliencia de los bienes de consumo esenciales. Sorprendentemente, la fabricación de productos a base de tabaco registró un auge espectacular del 19,1%, un dato que invita a la reflexión sobre las tendencias de consumo y las dinámicas regulatorias.
Pero quizás donde Marruecos está labrando su futuro industrial con mayor claridad es en los sectores de valor añadido y tecnológicos. La industria automotriz, a pesar de la volatilidad global, mantuvo un crecimiento sólido del 5,6%, reafirmando su estatus como locomotora de la exportación marroquí. Aún más prometedora es la expansión del 16,3% en la fabricación de equipos eléctricos, sugiriendo una creciente integración en cadenas de suministro de alta tecnología y una mayor capacidad de innovación local. Finalmente, la metalurgia cerró el periodo con un sólido 17,2%, un testimonio del dinamismo de la industria básica y de la demanda de componentes.
Las sombras en el cuadro: desafíos estructurales y presión competitiva
No obstante, la vitalidad no es universal. El informe del HCP también revela focos de contracción que merecen una atención especial. La industria de la confección experimentó una notable caída del 11,6%, una tendencia que podría señalar los desafíos que enfrentan los sectores tradicionales frente a la competencia internacional y los cambios en los patrones de consumo. De manera similar, la fabricación de otros materiales de transporte se desplomó un 14,5%, mientras que la industria del cuero y el calzado retrocedió un 9,1%. La fabricación de productos de caucho y plástico también mostró una ligera caída del 3,2%. Estas cifras son un recordatorio de que, incluso en un contexto de crecimiento general, ciertas industrias deben reinventarse o afrontar una reestructuración profunda para mantenerse relevantes.
Más allá de la manufactura: extractivas y energía
El análisis no estaría completo sin mirar más allá del sector manufacturero. Las industrias extractivas demostraron una fortaleza impresionante, con un incremento del 16,8%, impulsado principalmente por los «productos diversos de las industrias extractivas» (+17,4%) y, en menor medida, por los «minerales metálicos» (+0,1%). Este segmento es crucial para la base exportadora del país y para su integración en cadenas de valor globales de materias primas.
Paralelamente, la producción de energía eléctrica registró un saludable aumento del 9,4%, un dato que a menudo es un barómetro del crecimiento industrial y la actividad económica general, ya que una mayor demanda energética suele ir de la mano con una mayor producción y consumo.
Navegando hacia el futuro con una brújula ajustada
El segundo trimestre de 2025 ofrece una radiografía compleja pero predominantemente optimista de la economía industrial marroquí. La capacidad de algunas industrias para crecer a tasas significativas, particularmente en sectores de mayor valor añadido, es un claro indicativo de las inversiones realizadas y de la dirección estratégica que el Reino desea seguir. Sin embargo, las contracciones en sectores tradicionalmente fuertes como la confección o el cuero actúan como un lastre y una advertencia sobre la necesidad de adaptar las políticas industriales y de formación a un mercado global en constante evolución.
Marruecos sigue navegando las aguas de su desarrollo industrial, con la brújula apuntando hacia la diversificación y la resiliencia, pero sin perder de vista los vientos que amenazan a sus velas más tradicionales. La capacidad de transformar los desafíos de estos sectores en oportunidades de innovación será clave para sostener este pulso vital en los años venideros.
15/09/2025