Un reciente informe de la base de datos COMTRADE de Naciones Unidas ha revelado un hecho que genera debate en los círculos políticos y económicos: durante el año 2024, Israel registró importaciones procedentes de Argelia por un valor de 32,29 millones de dólares. Esta cifra resulta llamativa si se contrasta con la postura oficial de Argelia, que insiste en rechazar cualquier proceso de normalización con Tel Aviv.
El perfil de los productos exportados
Los datos indican que los bienes identificados corresponden principalmente a productos químicos inorgánicos y compuestos de metales preciosos como oro, plata y platino. A ello se suma la presencia de isótopos radiactivos, utilizados en sectores estratégicos como la medicina, la investigación científica o la industria tecnológica, lo que añade un matiz sensible a estas transacciones.
Este tipo de mercancías no son banales: se trata de insumos con valor estratégico que, en algunos casos, forman parte de cadenas globales vinculadas a la alta tecnología y a la industria militar. Que figuren en los registros de Naciones Unidas con origen argelino y destino israelí plantea preguntas de fondo sobre la coherencia entre la retórica política y la realidad económica.
El papel de intermediarios internacionales
Expertos en comercio internacional recuerdan que estas operaciones no siempre implican una relación directa entre gobiernos. Muchas veces, se canalizan a través de empresas multinacionales o intermediarios situados en terceros países, lo que permite enmascarar las rutas comerciales. Sin embargo, la presencia de estas cifras en una base de datos oficial de la ONU otorga un grado de credibilidad difícil de desestimar: si aparece registrado, significa que ha sido declarado y contabilizado en aduanas.
Este detalle abre un interrogante sobre la capacidad de los sistemas de control comercial para alinear los flujos económicos con los posicionamientos diplomáticos. En el caso de Argelia, el contraste resulta más visible, dada la insistencia de sus autoridades en presentarse como firme opositor a cualquier vínculo con Israel.
Contexto político: tensiones y ambigüedades
El hallazgo se conoce en un momento en que las declaraciones políticas desde Argelia han intentado marcar distancia con cualquier iniciativa de acercamiento a Israel. Sin embargo, el propio presidente argelino reconoció en una entrevista con L’Opinion de Francia que su país podría contemplar una normalización si llegase a materializarse un Estado palestino pleno. Incluso evocó que antiguos mandatarios, como Chadli Bendjedid o Abdelaziz Buteflika, tampoco mostraban hostilidad intrínseca hacia la idea de una relación con Israel.
La contradicción entre los datos económicos y el discurso oficial refleja las tensiones entre pragmatismo económico y narrativa política en la región. Por tanto, la cuestión no reside únicamente en si existe o no un vínculo directo, sino en cómo las dinámicas de la globalización y del comercio intermedio diluyen las fronteras entre lo que se proclama en el plano diplomático y lo que ocurre en el terreno económico.
Con esto, el registro de más de 32 millones de dólares en importaciones israelíes desde Argelia no solo expone una realidad comercial que trasciende la narrativa oficial de Argelia, sino que también ilustra cómo las estadísticas internacionales revelan contradicciones que los discursos políticos intentan disimular. El caso abre un debate más amplio sobre el peso de las realidades económicas frente a las posiciones ideológicas en el norte de África y Oriente Medio.
10/09/2025