
11-10-2021
por: Younes Mjahed – Periodista.
¿Cómo abordará el Enviado Especial para la cuestión del Sahara marroquí, Staffan De Mistura, el llamamiento del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argelia para que Marruecos retire sus fuerzas de la región de Guerguerat, como condición para facilitar su propuesta de reanudación del diálogo entre las partes?
Seguiremos cómo reaccionará ante esta nueva maniobra, de la junta militar argelina, cuyo objetivo es lograr la victoria ejerciendo presión sobre las Naciones Unidas, en un momento en que fue derrotado en el terreno, después de que las Fuerzas Armadas Reales expulsaran a la muchedumbre de mercenarios que asediaban el cruce, y organizaban manifestaciones diarias levantando consignas insultantes contra Marruecos y provocando a los soldados marroquíes establecidos allí.
Si Marruecos es estricto en el tema de Guerguerat, como territorio marroquí y paso necesario hacia el sur, el llamamiento de la junta a la retirada de las fuerzas del Ejército Real de esta zona, considerada como parte de la zona de amortiguación, constituye una oportunidad para abordar el problema de toda la zona de amortiguamiento.
Se sabe que Marruecos dejó esta región aislada de armas, tras el acuerdo de alto el fuego con Naciones Unidas en 1991, pero Argelia empujó al Polisario a construir edificios en algunos puntos en su interior, y la denominó “tierras liberadas”, para presentar al mundo, en su propaganda, que la llamada República Saharaui se encuentra sobre los territorios en disputa, cuando en realidad no es más que una mentira como la mentira del «pueblo saharaui».
Más que eso, es posible que bajo las inminentes exigencias de la junta militar, Marruecos, junto con las Naciones Unidas, podría plantear otra cuestión que es crucial para el futuro del conflicto. Esto está relacionado con el tema de la población de los campamentos de Tinduf, a quienes el Estado argelino se niega a censar para el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y aunque esta comisión tiene sede en Tinduf, su labor se limita a lo que permiten las autoridades argelinas proporcionando algunas ayudas. Marruecos, a través de su representación en Ginebra, ha planteado la cuestión del asedio militar impuesto a los campamentos de Tinduf, y las flagrantes violaciones a las que es sometida la población, como la represión, la humillación y el reclutamiento de niños soldados.
El expediente de Marruecos en este asunto es sólido, y es quien tiene derecho a poner condiciones al Enviado Personal, Staffan De Mistura, para facilitar su misión, para un diálogo que resuelva un conflicto, cuyas primeras víctimas son los habitantes de los campamentos de Tinduf, que viven en condiciones inhumanas, bajo un asedio militar, de una organización estalinista, instalando gobernantes de una república ficticia desde 1976. Sin embargo, el Tribunal Europeo de Justicia cree en él, como representante de los saharauis, en otra farsa, de un continente que pretende santificar la democracia y la legitimidad electoral, y ese es otro tema.
*El autor del artículo autoriza su publicación en «Marruecom.com», tras la publicación principal del artículo en el periódico «Al Ittihad Al Ichtiraki».