Errachidia, una región del sureste marroquí donde el desierto impone su ley de arena y calor, fue escenario de las maniobras conjuntas “Sharqi 2025”, un ejercicio que reunió a unidades del ejército marroquí y del ejército francés.
El ejército francés y las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos desplegaron allí equipos y efectivos durante varios días, poniendo a prueba su capacidad de operar de forma coordinada en un entorno extremo. La operación, anunciada por la embajada de Francia en Marruecos, se inscribe en una estrategia de cooperación cada vez más estrecha entre París y Rabat.
Estas maniobras persiguen un doble objetivo: reforzar la interoperabilidad de las dos fuerzas y consolidar la confianza estratégica que ambas naciones cultivan desde hace años. En un contexto donde el Sahel y el norte de África afrontan desafíos de seguridad crecientes, esta colaboración militar adquiere un peso político y operativo notable.
Las imágenes difundidas por la embajada muestran la camaradería y la intensidad del entrenamiento. Más allá del aspecto técnico, el simbolismo es evidente: Marruecos y Francia mantienen viva una relación militar que sigue siendo uno de los pilares de su vínculo histórico.
En pleno corazón del desierto, los uniformes tricolores y los emblemas rojos del reino compartieron el mismo horizonte de polvo y estrategia —una metáfora perfecta de una alianza que busca adaptarse a los vientos cambiantes de la geopolítica regional.
08/10/2025









