Marruecos vuelve a poner rumbo a África, pero esta vez no es con fosfatos ni automóviles, sino con lo que el océano Atlántico le ofrece en abundancia: productos del mar. En diciembre de 2025, el país lanzará una misión comercial que llevará a sus exportadores pesqueros a Ghana y Nigeria, dos economías en pleno dinamismo que podrían convertirse en los nuevos puertos de destino del “made in Morocco” marino.
La iniciativa, orquestada por Morocco Foodex, brazo operativo de promoción agroalimentaria y pesquera, forma parte de una estrategia más amplia de diversificación de mercados. Del 7 al 12 de diciembre, los empresarios marroquíes navegarán —esta vez por aire y por agenda— entre Accra y Lagos, con encuentros B2B previstos el 9 y el 11. El objetivo: fortalecer la presencia marroquí en África occidental, ampliar las oportunidades de exportación y anclar la marca Marruecos como sinónimo de calidad y fiabilidad también en el ámbito haliéutico.
Lo que hasta hace poco era un sector orientado casi exclusivamente a Europa y Asia, busca ahora ampliar su radar comercial. La razón es tanto económica como estratégica. Ghana y Nigeria, con sus populaciones jóvenes y consumo de pescado en constante crecimiento, representan mercados naturales para los filetes, conservas, surimi y aceites de pescado marroquíes. Para Rabat, esta misión no es solo promoción: es un gesto de diplomacia económica africana.
El país parte de una base sólida. En 2024, Marruecos registró 1,42 millones de toneladas de producción pesquera, con un valor de 16.300 millones de dirhams. No es un sector menor: detrás de estos números se esconde una de las industrias más avanzadas del continente. Con 518 unidades de transformación en tierra y 311 embarcaciones equipadas para la congelación en alta mar, Marruecos logra procesar más del 60% de sus capturas antes de exportarlas a 138 destinos internacionales.
“Esta diversificación no busca sustituir a los socios tradicionales, sino expandir el mapa de las oportunidades”, explican fuentes del sector. En otras palabras, Marruecos quiere pasar de ser un proveedor puntual de materia prima a convertirse en un actor estructural del mercado pesquero africano, ofreciendo productos de valor añadido y estándares internacionales.
Pero la agenda no se limita a vender. La misión comercial tendrá también un componente analítico: identificar las especificidades de los mercados locales, sus necesidades logísticas, regulatorias y de consumo. Ese conocimiento, esperan los organizadores, permitirá diseñar una oferta ajustada, capaz de competir en precio y calidad sin perder trazabilidad ni sostenibilidad—dos credenciales cada vez más exigidas por los importadores africanos.
Mientras Europa debate sus cuotas y Asia diversifica sus fuentes de abastecimiento, Marruecos entiende que el futuro del comercio africano se escribe en clave sur-sur. Y esta misión al Golfo de Guinea es una forma de recordarlo: el océano no separa; conecta. Tras tanta mar en la historia del país, no es de extrañar que el siguiente horizonte del desarrollo marroquí se busque, una vez más, mirando al agua.
07/10/2025









