El próximo sábado 4 de octubre de 2025 será una fecha clave en las relaciones económicas entre Marruecos y la Unión Europea. Ese día entrará en vigor un nuevo acuerdo que permitirá que los productos originarios del Sáhara ingresen al mercado europeo bajo el régimen de preferencias arancelarias, como cualquier otro bien exportado desde el Reino.
La decisión llega después de un año de incertidumbre tras la anulación, en 2024, del acuerdo agrícola de 2019 por parte del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Ese fallo judicial había puesto en riesgo miles de exportaciones, sin embargo, ahora, con la luz verde definitiva de los embajadores de los 27 en Bruselas y la ratificación de los gobiernos europeos, se abre una nueva etapa de seguridad jurídica para los operadores comerciales.
El nuevo marco incluye un sistema de etiquetado específico que indica el origen geográfico de los productos, una medida adoptada para responder a las exigencias de transparencia del TJUE. Además, Bruselas se ha comprometido a financiar proyectos en sectores estratégicos de la región, como la gestión del agua, las energías renovables y la lucha contra la desertificación, en línea con la visión marroquí de transformar el Sáhara en un polo de desarrollo sostenible.
Para Marruecos, la entrada en vigor del acuerdo supone una victoria diplomática y económica. Más allá de las cifras comerciales, la medida consolida un reconocimiento práctico a su soberanía territorial sobre el Sáhara y refuerza la asociación estratégica con Bruselas, en un momento en que ambas partes colaboran estrechamente en seguridad, energía y gestión migratoria.
Este paso confirma, además, la voluntad de la Unión Europea de apostar por un vínculo pragmático y a largo plazo con Marruecos. Pese a las controversias judiciales y a las presiones políticas, la Comisión Europea ha defendido que los acuerdos con Rabat benefician directamente a la población local y son esenciales para la estabilidad regional.
02/10/2025