En menos de una semana, la policía nacional española ha propinado uno de los mayores zarpazos al narcotráfico de los últimos meses: más de once toneladas de resina de cannabis quedaron fuera de circulación tras dos operaciones realizadas en Málaga y en Algeciras. El éxito no se explica en clave local: la acción conjunta con la Dirección General de la Seguridad Nacional marroquí y con las autoridades judiciales de Rabat fue determinante.
Los investigadores españoles seguían la pista desde julio a una red criminal transnacional con ramificaciones en ambos lados del Estrecho de Gibraltar. La organización se valía de rutas comerciales y de ingeniosos sistemas de ocultamiento para disimular la droga entre mercancías aparentemente inofensivas: desde mobiliario corriente hasta cargas enteras de melones refrigerados.
El camión de los melones
La primera gran intervención se produjo en Málaga. Un camión frigorífico, “fruta fresca” en los papeles, desembarcó en Algeciras y rodó por carretera hacia el centro logístico malagueño. A simple vista, parecía un cargamento agrícola más dentro de la campaña estival. Sin embargo, al examinar la mercancía, los agentes no encontraron únicamente melones: allí estaban ocultos nada menos que 9.300 kilos de hachís.
La operación incluyó además la incautación de la cabeza tractora, la remolque y los dos vehículos lanzadera que escoltaban discretamente al convoy para detectar posibles presencias policiales. Seis hombres acabaron en prisión provisional.
La furgoneta disfrazada de mudanza
Semanas después, el seguimiento de otro hilo condujo a los investigadores hasta una furgoneta cargada de muebles embarcada en el puerto de Tánger con destino Málaga. En este caso, la coartada no eran frutas, sino sillas y mesas. Bajo esa tapadera viajaban 1.825 kilos de resina de cannabis, acompañados de más de 14.000 euros en efectivo y ocho teléfonos móviles para coordinar la logística criminal. Cuatro personas fueron detenidas y encarceladas.
Una cooperación estratégica
Ambos casos están ahora bajo la jurisdicción de la Audiencia Nacional española y cuentan también con el interés del ministerio público de Gibraltar, atento a las rutas marítimas del narco. La Policía Nacional subrayó que la magnitud de estas operaciones confirma que solo la cooperación estrecha con Marruecos hace posible golpear con eficacia a redes de este calibre.
El modus operandi de la organización revela hasta qué punto la imaginación del narcotráfico parece no tener límites, recurriendo a convoyes frigoríficos, muebles de exportación y complicadas estructuras de ocultamiento. Aun así, esta vez la astucia no fue suficiente: lo que pretendía ser fruta fresca y mudanza improvisada terminó convertido en prueba judicial.
En tiempos en que la presión sobre las rutas del Estrecho va en aumento, estas incautaciones envían una señal clara: el tablero del narcotráfico puede ser complejo, pero las alianzas policiales y judiciales entre ambos países se muestran, al menos esta vez, un paso por delante de los traficantes.
30/09/2025