La apertura del Grupo C de la Copa del Mundo Sub-20, disputada en Chile, no pudo tener un arranque más llamativo: Marruecos sorprendió con autoridad y derrotó a España por 2-0 en Santiago, dejando claro que los “Leoncitos del Atlas” no llegaron para ser un actor secundario.
El combinado dirigido por Mohamed Ouahbi mostró un plan de partido sólido y una madurez táctica que descolocó a una España acostumbrada a dominar. Los tantos de Mohamed Yassir Zabiri, al minuto 54, y Yassine Gessime, al 68, sentenciaron un duelo en el que la insistencia española se estrelló contra una defensa disciplinada y un bloque marroquí que supo esperar su momento para golpear.
Una victoria simbólica y estratégica
Más allá de los tres puntos iniciales, la victoria tiene un fuerte valor simbólico. Ganar a una potencia europea en la primera jornada envía un mensaje claro: Marruecos ha aprendido a competir al máximo nivel juvenil. En los últimos años, el fútbol marroquí ha invertido en formación, infraestructura y un modelo donde la identidad colectiva prima sobre las individualidades. Los frutos empiezan a verse en torneos como éste.
El propio Ouahbi se mostró satisfecho, aunque prudente: “estamos contentos con la victoria, pero el camino apenas comienza”. Sus palabras reflejan un doble objetivo: consolidar la confianza de sus dirigidos sin dar pie a la euforia desmedida.
España, incómoda y a contracorriente
La derrota española obliga a una lectura autocrítica. Si bien los de La Roja trataron de imponer posesión y ritmo, carecieron de profundidad efectiva y cometieron errores defensivos que Marruecos castigó con precisión. Para una selección acostumbrada a lidiar con grandes expectativas en torneos juveniles, empezar con una derrota es un golpe psicológico que pondrá a prueba su capacidad de reacción.
Un grupo de máxima exigencia
El Grupo C no da respiro. Además de Marruecos y España, lo completan dos gigantes del fútbol formativo: Brasil y México. En otras palabras, no hay margen de error. Cada partido es prácticamente una final, y la capacidad de los seleccionados para adaptarse a contextos de alta tensión marcará la diferencia entre avanzar a octavos o quedar en el camino.
Más que un debut
El 2-0 marroquí no es solo una estadística. Representa un recordatorio de que los torneos juveniles suelen desafiar jerarquías consolidadas. España, con un historial de cantera envidiable, se topó con un rival que trasladó a la cancha intensidad, organización y un deseo latente de derribar favoritismos.
Si algo queda claro tras esta primera jornada es que el Mundial de Chile no permitirá cálculos fáciles. Marruecos ya dio el primer golpe sobre la mesa. La cuestión ahora es si será un espejismo inaugural o el inicio de una campaña capaz de escribir una de las historias más sorprendentes del certamen.
29/09/2025