En los pasillos de la 80ª Asamblea General de la ONU, diplomacia y estrategia se dieron la mano. El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, mantuvo una reunión bilateral con Yvette Cooper, secretaria de Estado británica para Asuntos Exteriores, el Commonwealth y Desarrollo.
El encuentro confirmó lo que ya se vislumbraba tras la quinta sesión del Diálogo Estratégico Marruecos–Reino Unido celebrada en Rabat en junio: la relación entre ambos países ha entrado en una nueva etapa de madurez, cimentada en confianza política y ambición económica.
Londres y Rabat: una visión compartida sobre el Sáhara
Uno de los puntos centrales fue el respaldo del Reino Unido a la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara, considerada por Londres como “la base más creíble, viable y pragmática” de cara a una solución duradera al diferendo regional. Este apoyo, expresado en el comunicado conjunto firmado el pasado verano, otorga un peso considerable a la posición marroquí en el tablero internacional y envía un mensaje claro sobre la convergencia de intereses estratégicos entre ambos reinos.
La economía como pilar del acercamiento
La alianza no se limita a la política: Londres ha indicado su disposición a respaldar proyectos de inversión en el Sáhara a través de UK Export Finance (UKEF), el organismo británico de crédito a la exportación. En el marco de un compromiso por movilizar hasta 5.000 millones de libras esterlinas en nuevos proyectos a lo largo y ancho de Marruecos, estas futuras inversiones refuerzan la dimensión económica de un vínculo bilateral que va mucho más allá de lo simbólico.
Un diálogo que trasciende lo diplomático
El tramo final de las conversaciones subrayó la necesidad de avanzar en todos los compromisos adoptados, tanto en cooperación en materia de seguridad y transición energética como en comercio y desarrollo humano. La voluntad conjunta es clara: transformar las declaraciones diplomáticas en proyectos concretos que tengan un impacto tangible sobre las poblaciones.
Al salir de la reunión, una idea quedó flotando en el ambiente: Marruecos y el Reino Unido no se limitan a mantener un “buen entendimiento”, sino que están configurando un partenariado estratégico con proyección de largo alcance. Y en un contexto internacional marcado por tensiones y reajustes geopolíticos, este eje atlántico suena a pragmatismo inteligente: realismo político adornado con la promesa de oportunidades económicas mutuas.
25/09/2025