Durante este 2025, particularmente durante este tercer trimestre, la crisis en la Franja de Gaza ha desencadenado la movilización cultural y artística global como forma de protesta contra las acciones de Israel. Creadores de cine, actores, músicos y escritores han convertido el arte en un espacio de denuncia sobre la ofensiva israelí, amplificando el mensaje de solidaridad con el pueblo palestino y exigiendo sanciones y bloqueos internacionales contra Israel.
En este contexto, España se ha convertido en un punto focal de esta protesta cultural. Ejemplo de ello es lo que ocurre este 15 de setiembre en la Puerta del Sol de Madrid, donde la plataforma “Artistas con Palestina” organizó una lectura ininterrumpida de los nombres de los niños palestinos asesinados desde el 7 de octubre de 2023, con la participación de más de 300 personalidades del mundo del cine, la música y la literatura. Figuras como Pedro Almodóvar, Aitana Sánchez-Gijón, Miguel Ríos y Javier Bardem, entre otros, leyeron los nombres de los menores víctimas de la guerra, en un homenaje que inició al mediodía y se tiene previsto acabe hasta la noche, con el objetivo de mantener viva la memoria de los más de 18.500 niños muertos, según cifras oficiales, por lo que podrían ser aún más.
El cine internacional también se ha sumado a esta ola de protesta. La película tunecina «La voz de Hind Rajab, presentada en el Festival de Cine de Venecia, que narra la llamada de una niña en Gaza al sistema de emergencias mientras su familia es atacada por un tanque israelí, recibió una ovación de 23 minutos. Un gesto que simboliza cómo la narrativa artística ah logrado transmitir la urgencia humanitaria y movilizar conciencias, convirtiendo la experiencia de la guerra en una vivencia compartida con audiencias de todo el mundo.
Pero estas manifestaciones no sólo ocurren en Europa. Artistas de múltiples disciplinas de todo el planeta han adoptado símbolos de protesta como la vestimenta, el lenguaje y la performance. Javier Bardem, por ejemplo, apareció en los Premios Emmy con un pañuelo palestino y el puño en alto, llamando públicamente al boicot comercial y diplomático contra Israel. Estas acciones reflejan cómo la cultura se ha transformado en un escenario donde se redefinen conceptos como “genocidio” y “crímenes de guerra”, incorporándolos al debate público y a la conciencia global.
En el caso de España, la intensidad de estas expresiones culturales coinciden con la presión política del momento con Israel. El gobierno de Sánchez ha mantenido una postura crítica frente, liderando movimientos para sancionar a Israel en el contexto europeo, y la movilización artística refuerza este posicionamiento desde la esfera cultural. La lectura de nombres de menores fallecidos en Gaza, las declaraciones de artistas y los actos simbólicos funcionan como un recordatorio constante de la dimensión humana del conflicto, y que no son sólo cifras, una visión apoyada por las ONG internacionales, como UNICEF, Médicos del Mundo y Save the Children.
Pero, la movilización cultural no se limita a España ni a manifestaciones en plazas públicas. Durante este domingo, en los premios Emmy, el actor español Javier Bardem, nominado por la serie Monstruos, mostró su solidaridad con Gaza vistiendo un pañuelo palestino y levantando el puño en alto durante su paso por la alfombra roja. Desde el escenario y ante cámaras internacionales, Bardem hizo un llamamiento explícito al “bloqueo comercial y diplomático contra Israel”, sumándose a otros artistas globales que han usado galas, conciertos y estrenos cinematográficos para visibilizar la tragedia en Gaza. Cantantes, directores y actores, desde Pedro Almodóvar hasta la cantante Aitana Sánchez-Gijón, han aparecido en escenarios con los colores palestinos, integrando en sus intervenciones discursos y gestos de apoyo que han convertido la cultura en un espacio de denuncia y presión política internacional.
Este tipo de expresiones con tendencia global demuestran el rol y el poder del arte como herramienta de acción política y social. Donde el arte deja de ser una representación simbólica para convertirse en un medio de presión internacional, visibilización de víctimas y sensibilización. Desde el cine hasta la música y la literatura, la cultura siempre ha sido un espacio de resistencia y en el caso del conflicto en Gaza, esta siendo el megáfono donde la voz de Palestina encuentra un eco potente y creciente en la conciencia global.
15/09/2025
María Angélica Carvajal