La samblea General de las Naciones Unidas aprobó este viernes, en Nueva York, una resolución histórica que refuerza el reconocimiento de Palestina y reafirma la solución de dos Estados como la vía más viable para alcanzar la paz en Oriente Medio. El texto, presentado por Francia y Arabia Saudí, obtuvo 142 votos a favor, frente a 10 en contra y 12 abstenciones, consolidando un apoyo mayoritario a la llamada Declaración de Nueva York.
La resolución llama a poner fin a la guerra en la Franja de Gaza, a evitar el desplazamiento forzoso de la población palestina y a trabajar por un acuerdo político que garantice la coexistencia entre israelíes y palestinos. También condena la violencia contra civiles, ya provenga de las fuerzas israelíes o de las facciones palestinas, y advierte que la paz solo puede alcanzarse por la vía política.
El discurso argelino: de la retórica radical al voto por la coexistencia
Lo que ha generado especial atención es el papel de Argelia. Mientras en la escena regional y mediática sus autoridades multiplican los discursos encendidos contra lo que llaman “el ente sionista”, en Nueva York votaron a favor de una resolución que coloca a Israel y Palestina lado a lado dentro del marco de la solución de dos Estados.
Este contraste ha sido señalado como una muestra de “diplomacia de la ambigüedad”, donde la retórica interna busca satisfacer a la opinión pública con mensajes de confrontación, pero las decisiones en foros internacionales terminan alineándose con consensos que reconocen la existencia de Israel. Se trata, por tanto de una forma de diplomacia del engaño y la falta de claridad, donde el discurso se distancia de la práctica.
Comercio oculto: los 32 millones de dólares que contradicen la retórica
El doble estándar no se limita al terreno diplomático. Un reciente informe de la base de datos COMTRADE de la ONU reveló que en 2024 Israel registró importaciones desde Argelia por un valor de 32,29 millones de dólares.
Los productos identificados corresponden principalmente a químicos inorgánicos, metales preciosos como oro y platino, e incluso isótopos radiactivos utilizados en medicina, investigación científica e industrias estratégicas. Estos bienes poseen un carácter altamente sensible, vinculado en algunos casos a cadenas tecnológicas y militares.
Aunque parte de estas operaciones puedan canalizarse mediante intermediarios en terceros países, el hecho de que aparezcan en bases de datos oficiales de Naciones Unidas significa que fueron declaradas en aduanas y registradas formalmente. En consecuencia, resulta difícil sostener que no existan nexos comerciales.
La hipocresía diplomática como patrón
En este contexto, el voto de Argelia en la ONU adquiere una nueva dimensión: mientras denuncia públicamente cualquier vínculo con Israel y rechaza procesos de normalización, los datos económicos y las decisiones diplomáticas muestran una convivencia tácita.
Se trata de una contradicción estructural entre el discurso político, orientado a reforzar una narrativa ideológica interna, y la práctica internacional, donde priman el pragmatismo y los equilibrios diplomáticos.
El caso argelino ilustra cómo, en Oriente Medio y el norte de África, las realidades económicas y las necesidades estratégicas terminan imponiéndose sobre las proclamas ideológicas, dejando en evidencia las inconsistencias de ciertos gobiernos que buscan mantener un doble lenguaje: radical en casa, pragmático en la arena internacional.
12/09/2025