Un terremoto de magnitud 6,0 durante la noche del domingo provoca tragedia al este de Afganistán, cerca de la frontera con Pakistán. Hasta la mañana del lunes, las autoridades reportan más de 660 muertos y más de 1.500 heridos.
El Ministerio del Interior del gobierno talibán advierte que el balance podría aumentar en las próximas horas, a medida que los equipos de rescate logran acceder a las zonas más afectadas. El epicentro del sismo se localizó a apenas 27 kilómetros al noreste de Jalalabad, en la provincia de Nangarhar, a una profundidad de tan solo 8 kilómetros, lo que multiplicó la fuerza destructiva de las sacudidas.
Además, se han sentido varias réplicas, incluida una de magnitud 5,2, se registraron en la misma zona, provocando el derrumbe de casas construidas con barro y piedra, propias de las comunidades rurales de la región. Medios locales informan que aldeas enteras han quedado reducidas a escombros, lo que suma a la dificultad del terreno montañoso en las labores de rescate, que también deben enfrentarse a la falta de caminos.
Ante esta situación, el gobierno ha destinado helicópteros para llegar a poblaciones incomunicadas por deslizamientos de tierra, mientras los hospitales locales cercanos al epicentro, han sobrepasado su capacidad por la llegada masiva de heridos.
Cabe recordar que Afganistán está situado en una zona de múltiples fallas tectónicas. En octubre de 2023, un terremoto de magnitud 6,3 en la provincia de Herat dejó más de 1.000 muertos, y un año antes, en Paktika, otro sismo causó una cifra similar de víctimas. La tragedia de este 1 de setiembre revive la vulnerabilidad del país frente a los desastres naturales y la urgente necesidad de asistencia internacional para atender a miles de familias damnificadas, los heridos y apoyar en las labores de rescate.
01/09/2025