El presidente de España, Pedro Sánchez, ha situado el cambio climático en el centro del debate político al inicio del nuevo curso, pidiendo un gran pacto de Estado para combatir sus efectos y evitar que las tragedias derivadas de incendios e inundaciones sigan repitiéndose. En un discurso marcado por el tono de urgencia, Sánchez recalcó que la emergencia climática debe ser entendida como la principal responsable de los incendios que han devastado el país este verano, y no como la consecuencia de una supuesta “trama pirómana”.
Con esta apelación, el jefe del Ejecutivo busca trascender la confrontación partidista que ha marcado la discusión nacional por los recientes incendios forestales y bajo el lema “Por un pacto de Estado frente a la emergencia climática”, Sánchez reunió a su gabinete en Madrid para presentar un decálogo de medidas. Entre estas, figuran la creación de una nueva Agencia Estatal de Protección Civil y Emergencias, la dotación de fondos permanentes de reconstrucción y la adaptación del modelo de gestión forestal a las nuevas realidades climáticas.
La propuesta del líder español, llega en un momento de tensión política justo cuando su opositor, Alberto Núñez Feijóo, había anunciado la víspera un plan propio con 50 medidas que incluyen un “registro nacional de pirómanos” y críticas al Gobierno por fallos en la prevención.
Sánchez respondió indirectamente a este enfoque, advirtiendo de que el negacionismo climático y los discursos que desplazan el foco hacia causas criminales no abordan la raíz del problema: “Los efectos del cambio climático son tangibles”, afirmó, recordando que en los últimos cinco años los incendios han triplicado la superficie devastada y las muertes por calor han aumentado un 17%.
Asimismo, la dimensión económica del problema también ocupó un lugar central en su discurso. Según datos del gobierno español, la recuperación de catástrofes naturales en España ha costado 32.000 millones de euros en cinco años, el equivalente a toda la inversión educativa en el mismo periodo. Sánchez insistió en que “de nada sirve ahorrar un euro en prevención si luego hay que gastar cien en la respuesta y mil en la recuperación”. En este sentido, comentó que los datos reflejan la urgencia de adoptar políticas de anticipación y resiliencia.
No obstante, Sánchez reconoció deficiencias en la política de prevención. Admitió que los planes ejecutados han sido insuficientes, que faltan herramientas de análisis avanzado y que las plantillas de bomberos forestales resultan limitadas. A esta autocrítica sumó la denuncia de una gestión del territorio inadecuada, con exceso de biomasa acumulada y cortafuegos obsoletos, factores que amplifican la virulencia de los incendios en un contexto de calentamiento global.
Ante esto, el Presidente apuesta por crear un consenso transversal que implique a gobiernos, comunidades autónomas, sociedad civil y agentes económicos en la lucha contra la emergencia climática. “El tiempo de las dudas ha pasado”, advirtió, alineándose con su ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, que prevé para 2050 un cambio radical del clima mediterráneo hacia un patrón estepario. Razón por la cuál, Sánchez desea situar la emergencia climática como el desafío nacional más urgente de las próximas décadas.
01/09/2025