El expresidente sudafricano Jacob Zuma, hoy líder del partido opositor Umkhonto WeSizwe (MK Party), anunció en Rabat el apoyo de su formación política al plan marroquí de autonomía para el Sáhara, destacando que se trata de una vía «equilibrada» para alcanzar la paz y preservar la unidad africana.
Un respaldo histórico con implicaciones diplomáticas
Durante una rueda de prensa conjunta con el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, Jacob Zuma ofreció una declaración que marca un giro simbólico en las posiciones tradicionalmente adoptadas por sectores de la política sudafricana en relación al conflicto del Sáhara. Zuma, quien encabeza actualmente un partido emergente que se presenta como alternativa al ANC —la histórica formación en el poder en Sudáfrica—, evocó los lazos históricos entre ambos países y recordó el papel de Marruecos durante la lucha contra el apartheid.
“Estamos muy honrados de estar aquí en Rabat para profundizar los lazos históricos entre nuestros dos países que comenzaron durante los días de lucha contra el apartheid. Recordamos que nuestro gran líder Nelson Mandela recibió entrenamiento en Marruecos, en Oujda, en 1962, además de apoyo militar y financiero al movimiento de liberación en Sudáfrica y en el continente”, afirmó Zuma.
Una continuidad estratégica: de Abiyán a Rabat
Zuma situó su presencia en Marruecos como una continuación lógica del histórico encuentro que mantuvo con el Rey Mohammed VI en 2017 en los márgenes de la cumbre UA-UE en Costa de Marfil. Aquel encuentro permitió reabrir los canales diplomáticos entre Rabat y Pretoria, que por años habían estado tensionados debido al reconocimiento sudafricano de la “República Árabe Saharaui Democrática”.
Ambos líderes, dijo Zuma, “acordaron encontrar vías para poner fin al estancamiento entre los dos países y relanzar una nueva etapa en las relaciones bilaterales, lo que derivó en el intercambio de embajadores”.
El MK Party se posiciona en el conflicto del Sáhara
El punto más destacado de la intervención de Zuma fue la presentación oficial de la postura de su partido sobre la cuestión del Sáhara. El MK Party, según explicó, ha adoptado una política de “asociación estratégica para la unidad africana, la emancipación económica y la integridad territorial”, que le ha llevado a respaldar expresamente el plan de autonomía propuesto por Marruecos.
“El MK Party cree que esta propuesta permite una gobernanza local significativa por parte de la población del Sáhara, al tiempo que garantiza la soberanía de Marruecos sobre esta región”, indicó Zuma, asegurando que se trata de una solución “equilibrada” que puede contribuir a la estabilidad, la paz y el desarrollo en la región.
El expresidente sudafricano también hizo un llamado explícito a la comunidad internacional para apoyar el plan marroquí de autonomía como “la vía más eficaz” para asegurar un futuro pacífico y próspero para los habitantes del Sáhara.
Unidad africana frente a la fragmentación
Más allá del plano bilateral, Zuma situó esta posición dentro de un marco geopolítico más amplio: la defensa de la soberanía e integridad de los Estados africanos frente a los intentos de fragmentación. “Desde su creación, nuestro partido se ha comprometido con la preservación de la soberanía y la unidad de los Estados africanos. Esto resuena más que nunca en Sudáfrica, que también enfrenta fuerzas internas que buscan socavar nuestra integridad territorial”, advirtió.
Con esta declaración, el MK Party no solo toma distancia de la tradicional posición del ANC respecto al conflicto del Sáhara, sino que introduce una narrativa que vincula la solución marroquí con los intereses más amplios del continente africano, incluidos los desafíos a la soberanía que enfrentan otros Estados, como la propia Sudáfrica.
¿Un posible realineamiento diplomático en el sur de África?
Aunque el MK Party aún no ha alcanzado el poder en Sudáfrica, su presencia creciente en la escena política y la figura de Jacob Zuma como exjefe de Estado otorgan a esta declaración un peso político considerable. De consolidarse como una fuerza influyente en la política sudafricana, esta postura podría erosionar el consenso regional en favor del Frente Polisario y abrir la puerta a un reequilibrio diplomático más favorable a Marruecos en el sur del continente.
En este contexto, la declaración del MK Party podría tener implicaciones más amplias en la diplomacia africana, donde cada vez más Estados —como Senegal, Zambia, Nigeria o Guinea-Bisáu— han manifestado en los últimos años su apoyo al plan de autonomía marroquí.
Una visita cargada de simbolismo
La visita de Jacob Zuma a Marruecos, más allá de su valor como gesto diplomático, refleja un cambio de época en las relaciones entre los movimientos políticos africanos. La referencia a los vínculos de Mandela con Marruecos, un hecho históricamente verificado pero poco destacado en Sudáfrica, apunta a un esfuerzo por reconstruir una narrativa común africana que no pase necesariamente por el alineamiento con el Polisario, y que privilegie la estabilidad y la cooperación económica sobre los discursos ideológicos heredados de la Guerra Fría.
Abdelhalim ELAMRAOUI
15/07/2025